La celebración, encabezada por los reyes Felipe VI y Letizia, quedó ensombrecida por el accidente de uno de los aviones del Ejército que participó en el acto, que se estrelló cuando regresaba a su base causando la muerte del piloto.

                   En medio de la tensión por el desafío separatista catalán, la aparición pública del monarca fue la primera tras el mensaje que mandó a los españoles por televisión el 3 de octubre para condenar la "deslealtad inadmisible" de las autoridades catalanas y pedir a los poderes del Estado que aseguren "el orden constitucional".

                   También tuvo relevancia la presencia del jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, quien el miércoles dio un ultimátum a Puigdemont para que aclare si declaró o no la independencia antes de tomar medidas drásticas contra Cataluña, cuya autonomía podría quedar suspendida. El mandatario español estuvo acompañado por sus ministros y por los jefes de los Gobiernos regionales excepto los de Cataluña, País Vasco, Íñigo Urkullu, y Navarra, Uxue Barkos.

                   Entre las ausencias se destacó también la del líder del partido izquierdista Podemos, Pablo Iglesias, quien por tercera vez declinó asistir al desfile miliar, que este año se trasladó al Paseo de la Castellana, una de las arterias más importantes de la capital española, con el fin de permitir más asistencia de público.                  

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Algunos de los 4 mil efectivos que desfilaron en Madrid.

En medio de la crisis catalana, cuyo desenlace es todavía incierto, la ministra española de Defensa, María Dolores de Cospedal, dijo tener la "casi completa seguridad de que no será necesaria" la intervención de las Fuerzas Armadas españolas en la región.  "Tienen la obligación de estar preparadas para defender a su país, bien sea dentro o fuera de sus fronteras; yo creo que esto no será necesario", señaló en declaraciones a la televisión pública española antes del arranque del desfile militar.                  

 

 

EFE
La reina Letizia y sus hijas, los rostros cubiertos por abanicos, junto al monarca.

                    Madrid se llenó de banderas de España, no solo en la zona de los actos sino en los balcones de prácticamente todos los barrios. "Los catalanes tienen que saber que podemos tener distintas ideologías, pero todos somos españoles", dijo a la agencia dpa María Ángeles, una mujer que acudió a ver el desfile militar con su hija y sus nietos. "Si no quieren ser españolas, ¡que se busquen una isla", añadió mientras agitaba una banderita española.

                   Miles de personas acudieron a ver a los más de 3900 militares que participaron, acompañados por agentes de la Policía Nacional y de la Guardia Civil española. A su paso, en el Paseo de la Castellana, el público aplaudía y coreaba consignas como "¡Viva España!".

                   Uno de los 78 aviones del Ejército que participaron en el desfile, un Eurofighter, se estrelló a su término cuando regresaba a la base aérea de Los Llanos, en la provincia de Albacete (centro). Las autoridades confirmaron la muerte del piloto, único ocupante.

                   Madrid no fue el único foco informativo de la jornada. En Barcelona, capital catalana, miles de personas salieron a la calle para celebrar la Fiesta Nacional y reivindicar la unidad de España bajo el lema "Cataluña sí, España también". Según la Guardia Urbana de Barcelona, hubo 65.000 manifestantes, una cifra muy superior a la de otros años.

                   Se corearon consignas como "España, unida, jamás será vencida" o "¡Viva España!" y también otras como "Puigdemont a prisión", con la que muchos asistentes mostraron su enfado con el jefe del Gobierno catalán, quien el martes hizo el amago de declarar la independencia de la región y segundos después suspendió sus efectos para reclamar a Madrid un diálogo "sin condiciones" para resolver la crisis.

                   El pasado domingo, una gran movilización sin precedentes contra la secesión desbordó las calles de Barcelona una semana después del referéndum soberanista en el cual, según el Gobierno de la región, participaron más de 2 millones de personas, de las que el 90 por ciento dijeron "sí" a la secesión.

EFE
Maduro en el acto en el que fustigó a Felipe VI.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, mientras tanto, desde Caracas, se preguntó qué celebrara España en esta fecha". ¿Fiesta de qué? De la muerte, de la tortura, del genocidio. ¿Qué celebra el Rey de España? Debería pedir perdón", inquirió Maduro, quien estimó que “hay que levantar millones de voces para denunciar el mayor genocidio de la Humanidad", e hizo una comparación con el presente: "Esta misma resistencia que vivimos hace 525 años la vivimos hoy, aún quieren quitarnos nuestra libertad. Han querido colonizarlos a través de la fuerza con amenazas militares y bloqueos económicos".