Con el presidente catalán, Carles Puigdemont, y la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a la cabeza, miles de catalanes se concentraron en la plaza Sant Jaume para exigir la liberación de los dos líderes del movimiento independentista detenidos ayer por el Estado español. También hubo manifestaciones en otras ciudades catalanas, mientras que diputados españoles de la oposición hicieron lo mismo frente al Congreso, en Madrid. Además, hubo una protesta frente al Parlamento Europeo.

Bajo el lema “En defensa de los derechos y libertades" y al grito de “Presos políticos, libertad”, los manifestantes que rechazaron masivamente la decisión de una jueza de la Audiencia Nacional que detuvo bajo la acusación de “sedición” a los líderes de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.

Las detenciones aumentaron la tensión social y política en momentos que sobrevuela sobre Puigemont una medida similar, en caso de que no responda al ultimátum del presidente conservador de España, Mariano Rajoy, para que aclare si declaró o no la independencia de Cataluña.

En la plaza Sant Jaume, frente al Palacio de la Generalitat y tras mantener cinco minutos de silencio, los manifestantes entonaron "L' estaca", himno emblema de la lucha por la libertad durante la dictadura franquista y lanzaron consignas a favor de la independencia. En el resto de Cataluña, miles de personas se concentraron frente a sus puestos de trabajo y convocaron a unirse a una marcha con velas que esta noche recorrerá la avenida Diagonal de Barcelona. 

El reclamo tuvo eco también en la capital española: frente al Congreso de los Diputados se concentraron los diputados de Podemos, los independentistas catalanes del Partido Demóctrata Europeo Catalán (PDECat), los independentistas vascos de Bildu y los legisladores de Compromís.

La protesta tuvo réplica también en Estrasburgo, frente al Parlamento Europeo, donde Podemos lideró una concentración "contra el encarcelamiento de las ideas".

El jueves vence el plazo que dio La Moncloa para que el titular de la Generalitat responda si declaró la independencia. Según lo que exprese ese día, Rajoy decidirá si interviene o no el gobierno central en Cataluña al amparo del artículo 155 de la Constitución española. 

Puigdemont envió ayer una carta a Rajoy en la que evitó responderle si había declarado la independencia y, en cambio, ofreció abrir un período de dos meses de diálogo para abordar una solución acordada del conflicto. Madrid rechazó de plano esta propuesta al sostener que sólo negociará dentro del marco constitucional. 

Sin embargo, el vicepresidente catalán, Oriol Junqueras, sostuvo que los encarcelamientos de Sánchez y Cuixart agregaron tensión al conflicto y puntualizó que en esas condiciones "no se puede mantener” un diálogo “equilibrado”. El propio Puigdemont dijo ayer que los dirigentes detenidos son “presos políticos”.

El Ejecutivo español, no obstante, insiste en que la medida contra Sánchez y Cuixart es "una decisión judicial basada en la comisión de un delito y no en un asunto político".