Luego de su absolución, Gabriel Otero (foto), hijo de la pareja de Sebastián Wagner, se mostró satisfecho porque “se pudo demostrar mi inocencia”. Afirmó que “desde el primer momento” estuvo “tranquilo y siempre certero de lo que decía, de mis declaraciones” ante la Justicia. El joven de 21 años comentó ante los periodistas que después del fallo, “el papá de Micaela se me acercó, me abrazó y me pidió perdón”. 

Sobre Wagner, el joven dijo que ni siquiera lo consideraba su “padrastro”. En ese sentido, sostuvo que sobre él no tiene “nada que decir, sólo que era la pareja de mi mamá, pero yo tengo un papá y está vivo”. Otero señaló que llegó al juicio “por culpa de la querella y de la Fiscalía; este proceso me lo comí por culpa de ellos”. Había llegado a juicio por el delito de “abuso sexual con acceso carnal en concurso ideal con homicidio calificado por alevosía, criminis causa y femicidio”.

Desde el comienzo se había declarado inocente. Aseguró que la noche del femicidio estuvo en su casa y cuando se levantó, al día siguiente, vio llegar a Wagner, quien luego limpió su auto, embarrado, con ayuda de su madre. Consultado sobre si su madre tenía conocimiento de lo sucedido, respondió: “No sé si sabía, yo siempre me defendí solo, con lo mío. Si ella sabe o supo algo, se lo tendrían que haber preguntado a ella”. Antes de abrazarse, llorando, con su pareja, Otero agregó: “Tengo una bebé de diez meses, se nos ha hecho muy difícil el trayecto de estos meses y la entrada de dinero. Ahora voy a tratar de pelearla, poner el pecho, porque seguro voy a tener muchos problemas. Es sabido que perdí el trabajo y ahora voy a intentar recuperarlo”.