Luego de denunciar maltratos durante el traslado a la audiencia del juicio en la que ayer fue condenada a tres años de prisión, la integrante de la organización Tupac Amaru, Mirta “Shakira” Guerrero, fue hospitalizada anoche tras un intento suicidio en uno de los baños del penal de Alto Comedero. El hecho será informado ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), el organismo que había recomendado que la dirigente Milagro Sala, también alojada en esa cárcel, no siguiera allí por “riesgo de vida”.

El Tribunal Criminal 3 de Jujuy condenó ayer a “Shakira” por agresiones y robo de un equipo periodístico del programa PPT. La figura por la que le dieron tres años y tres meses de prisión fue “robo en poblado y en banda”. Horas después de esa audiencia, la detenida intentó hablar con autoridades carcelarias para “reclamar por el maltrato recibido” en el traslado pero no fue atendida, según relató un comunicado de la organización social jujeña. 

“¿Qué necesitan, que me corte para que me atienda? Díganle a Gerardo que si quiere un muerto, acá lo va a tener”, dijo Guerrero, según consignó la Tupac Amaru. Por la noche fue al baño y sus compañeras, “al ver que no salía, comenzaron a golpear la puerta” hasta que entraron y la vieron que “se estaba ahorcando con una toalla”.

Dos de las internas la socorrieron y luego fue atendida por personal penitenciario, hasta que llegó el SAME, que la trasladó al Hospital San Roque, de esa ciudad. Si bien ahora “se encuentra fuera de peligro”, la organización barrial adelantó que presentará este caso ante la CIDH, para dar cuenta de las condiciones de alojamiento y trato de las internas del lugar.

El hecho ocurrió anoche, horas después de que Guerrero, junto con Patricia Jaldin, fueran condenadas. En el juicio, “todos los testigos, incluso los denunciantes en la audiencia, señalaron que el autor del hecho fue un hombre de un metro setenta y pelo largo”, y no las dos acusadas, indicó el comunicado.

La mujer había sido operada hace dos meses y por prescripción médica solicitó ser internada para concluir con los estudios médicos. Sin embargo, “nunca han autorizado dicho pedido”.

La organización barrial liderada por Milagro Sala caracterizó el hecho como parte de los “hostigamientos” que sufren las militantes de la Tupac. El mes pasado, Gladys Díaz, Mirta Aizama, Mirta Rosa Guerrero y Graciela López denunciaron agresiones y requisas violentas por parte del personal carcelario. Sus denuncias llegaron hasta los despachos  de Miguel Ángel Singh, secretario de Seguridad de Jujuy, y Jorge Martin Llapur, subjefe del Servicio Penitenciario, quienes se comprometieron a dar respuestas.

La propia Milagro Sala fue víctima de hechos similares en la primera etapa de su encarcelamiento en ese penal. Sus denuncias probadas hicieron que la CIDH recomendara su liberación o cambio de condiciones de detención para resguardo de su integridad física. El fin de semana pasado, cuando a Sala se le revocó el beneficio de la prisión domiciliaria y se la trasladó nuevamente al penal de Alto Comedero, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos volvió a expresar su “preocupación” por “el regreso a la cárcel y potencial agravamiento del riesgo de daño a la vida e integridad” de la dirigente.