En un cierre de campaña inusual, el candidato a diputado de Unidad Porteña, Daniel Filmus, está su oficina convencido de la decisión de no realizar actos debido a la repercusión del hallazgo de un cuerpo que podría ser de Santiago Maldonado y sólo dar alguna que otra entrevista para explicar su posición, como ésta a PáginaI12. Filmus da su impresión sobre el conmocionante caso, sobre el llamado a silencio de la candidata del macrismo Elisa Carrió y traza una línea de dura crítica al presente y futuro de la gestión de Cambiemos. 

–¿Cómo se llega a esta resolución de un cierre de campaña sin actos?

–Decidimos la suspensión de todos los actos para acompañar y solidarizarnos con la familia de Santiago Maldonado, a quienes vimos con una entereza enorme ayer (por el miércoles) en la conferencia de prensa. Los acompañamos durante estos 78 días y sentimos un dolor enorme por el posible desenlace de esta situación. También es un dolor que en democracia ocurran hechos de esta naturaleza.

–¿Hubo contactos con los demás candidatos antes de tomar la decisión?

– En nuestro caso sacamos un comunicado apenas nos enteramos de la situación pero lo que hemos visto que otras fuerzas no han acompañado. Dijeron que iban a hacer un alto en la campaña pero vemos a miembros del oficialismo en actos y recorriendo todos los medios de comunicación para tratar de encubrir la responsabilidad del Gobierno. Además, en medio de esto, la fuerza de Martín Lousteau empapeló con una campaña sucia toda la ciudad de Buenos Aires poniéndonos a Mariano Recalde y a mí como el pasado. 

–Hay versiones acerca de que Cambiemos silenció a Elisa Carrió hasta el domingo. ¿Qué opina sobre las salidas de Carrió en el caso Maldonado?

–En todos los temas vinculados a Maldonado me remito a las opiniones de la familia. Ellos fueron muy duros respecto a los exabruptos de Carrió. El primero en el debate cuando dijo lo del “20 por ciento” de posibilidades de que estuviera en Chile, después cuando dijo que le iban a tener que pedir perdón porque ella tenía la verdad y hasta el último, cuando acotó con ironía lo de Walt Disney. Nos parece de una gravedad enorme. 

–¿A qué cree que obedecen los exabruptos de Carrió, tenía información errónea o es su postura de mostrar una opinión sobre todo?

–Creo que dijo lo que pensaba el Gobierno. Desde la primera intervención de la ministra de Seguridad en adelante, sólo se preocuparon por deslindar la responsabilidad de la Gendarmería. El elemento básico que todo el mundo plantea, que es la separación de quienes pudieron estar implicados en el hecho, no lo hizo. Cuando fue al Congreso, defendió una y otra vez esta posición. Por eso creo que Carrió no estaba hablando a título individual sino que es el pensamiento del Gobierno. 

–¿Qué debería hacer el Gobierno ahora? ¿Patricia Bullrich debería renunciar?

–Sí, pienso que debería renunciar. Lo que tiene que hacer el Gobierno es simplemente garantizar que no haya impunidad. Que haya justicia y se castigue a los culpables hasta el nivel que sea. Además de los culpables del hecho concreto –entre los cuales incluyo a Pablo Noceti, el jefe de gabinete de Bullrich– están también los responsables políticos de este encubrimiento. Pasaron 78 días. Un hecho clave son las fotos que publicó PáginaI12  respecto de la presencia de Santiago aquel día. Esa foto existía, por alguna razón no se la mostró y hasta se puso en cuestión la presencia de Maldonado en una represión que, por otro lado, era ilegal.

–Yendo a la campaña, el eje de su mensaje fue mostrar a Unidad Porteña como la única opción frente al macrismo. ¿La idea dio frutos?

–Sí. Llegamos a las PASO con el triunfo de Cristina en Buenos Aires, de Agustín Rossi en Santa Fe y la excelente elección nuestra en Capital, en un contexto donde logramos colocar como eje del debate lo que pasó entre 2015 y 2017. Planteamos que estamos ante un Gobierno insensible y que defiende los intereses de una pequeña minoría. Y aún en esa mirada es un gobierno ineficiente, que ni siquiera supo resolver los problemas que el neoliberalismo promete resolver. No resolvió el tema de la inflación, del déficit fiscal, de la balanza externa, aumentó enormemente el problema de la deuda. El supuesto equilibrio macroeconómico, que era la apuesta que iba a traer capitales de afuera, no lo logró. Con respecto a la vida cotidiana de los argentinos es el gobierno que aumentó la desocupación, bajó el salario real, aumentó la pobreza y la indigencia, aumentó las tarifas en niveles nuca vistos respecto al salario. También es el Gobierno que desconoció las paritarias, que en el campo de la educación, la ciencia y la tecnología y la salud practicó el ajuste. 

–Pero el Gobierno destacó las últimas estadísticas y dijo que la economía ya despegó.

–No hay ningún indicador que siquiera nos retrotraiga a la situación de 2015. Así que incluso donde pudieron parar el retroceso, como el caso de la construcción, no ha llegado a los niveles de 2015. Al mismo tiempo podemos decir que nosotros tuvimos una década de crecimiento en los 90 de un promedio del 3,3 por ciento anual y la gente estaba cada vez peor. El modelo de crecimiento que tiene este Gobierno no impacta en los sectores medios y bajos. En las estadísticas se nota que cae el consumo masivo y sube el consumo suntuario. Esto impactó fuerte en las pymes y en los comercios que hemos recorrido durante esta campaña.

–Macri tuvo un buen recibimiento en el Coloquio de IDEA, ¿cuál es el consenso del Gobierno con este sector del empresariado?

–Allí plantearon cuatro temas fundamentales. Uno, una reforma laboral mirando a Brasil. En este punto aclaro que la semana que viene el Ministerio de Trabajo y la central obrera de Uruguay van a presentar ante la CIDH que va a sesionar en Montevideo denunciando la ley de trabajo brasileña porque condena a competir en condiciones casi de esclavitud. Segundo, el aumento de la edad jubilatoria, también mirando a Brasil. En tercer lugar, la ampliación del impuesto a las Ganancias a sectores que todavía no fueron involucrados. Y el último elemento, y más grave, es el ajuste en las áreas sociales. En el Presupuesto 2018 se ve el recorte en salud, educación, ciencia y tecnología, mientras sube lo destinado al pago de los servicios de la deuda. 

–¿Los diputados de Unidad Porteña van a votar el Presupuesto?

–Por supuesto que no. Tenemos un proyecto alternativo, un presupuesto para el crecimiento. Nuestra fuerza la única que firmó un acuerdo de diez puntos sobre qué leyes no vamos a votar y cuáles sí. Entre los que vamos a impulsar hay uno que ya tiene media sanción del Senado –se votó por unanimidad a excepción del bloque de PRO– para aumentar el presupuesto de ciencia y tecnología al 3 por ciento en 2030. El Presidente lo había prometido para dentro de cuatro años y no fueron capaces de votarlo para 2030.

–¿Qué pasó de las primarias a esta parte que tanto Martín Lousteau como Matías Tombolini pasaron de criticar al Gobierno a criticar al kirchnerismo?

–Hacen campaña diciendo “no volver al pasado” y sólo hablan del pasado. Sería bueno que criticaran alguna medida del Gobierno, cosa que Lousteau no puede hacer porque fue embajador en Estados Unidos cuando se hizo la compra de aviones y armas. No tienen ninguna propuesta distinta al oficialismo, incluso la segunda de su lista, Carla Carrizo, integra el bloque de Cambiemos. Hay un punto en el que Lousteau se acerca al marxismo, pero no de Karl sino de Groucho: en la primera parte de la campaña tuvo unos principios y como no le funcionaron bien ahora practica otros.