Melitona tenía veintitrés años (nació en El Aguará el 16 de enero de 1901) cuando sobrevivió a la Masacre de Napalpí en la que policías, gendarmes y civiles mataron en tierra chaqueña a cientos de personas de las comunidades qom y moqoit. La masacre, ocurrida el 19 de julio de 1924, ordenada por el entonces gobernador Fernando Centeno duró menos de una hora y empezó cuando un avión biplano sobrevoló la zona arrojando comida y caramelos. Cuando salieron a recogerlos los mataron a machetazos y a tiros desde el aire. La emboscada incluyó mutilaciones y violaciones. Melitona cruzó el campo convertido en un cementerio sin tumbas, se escapó corriendo entre cadáveres y corriendo se escondió en el monte. Ahí se quedó durante días sin agua y sin comida junto a su mamá que escapó con ella, pero murió desangrada. Según los testimonios como el de Rosa Grillo: ‘‘Es muy triste para mí porque mataron a mi papá y casi no me quiero acordar, porque me hace doler el corazón […] No sé por qué mataron a muchos niños y grandes, fue mucho el sufrimiento”, solo pudieron escapar quince adultos y treinta y ocho niños. Dos días después la noticia en La Voz de Chaco se contó así: ‘‘la tranquilidad ha renacido en la zona del levantamiento indígena. En el campamento de Aguará libróse un reñido combate entre indios mocovíes y tobas. La indiada se ha dispersado completamente después d dejar sobre el terreno unos cincuenta muertos.” La verdad sobre la masacre (el diputado Francisco Pérez Leirós denunció una cacería para eliminar a los sobrevivientes y testigos, pero no fue tomada en cuenta y la causa fue caratulada como sublevación indígena, actos de robo y ataques a los colonos) se conoció muchos años después y fue la voz de Melitona una de las voces que lo hicieron posible. Su testimonio grabado incorporado a la causa en 2014 y presentado durante el juicio por crímenes de lesa humanidad en 2021 reveló lo que la historia oficial negó: “la masacre de Napalpí no fue un hecho aislado, fue un genocidio indígena planificado desde el Estado”. La voz de Melitona en el documental es una voz paciente que no olvida, en su lengua qom Melitona cuenta y uno de sus hijos (tuvo doce) traduce. El silencio era importante en el monte mientras estaba escondida. Afuera, ese silencio no sirve de nada: “Los cuervos estuvieron una semana sin volar porque seguían comiendo los cadáveres”. Melitona recuerda: “les pagaban muy poco en el obraje, por los postes, por la leña y por la cosecha de algodón. No le daban plata. Sólo mercadería para la olla grande donde todos comían. Por eso se reunieron y reclamaron a los administradores y a los patrones. Y se enojaron los administradores y el gobernador” y hace evidente lo evidente: “mataban a caballo y disparando desde el cielo (…) aquellos labios de aquellas bocas con aquellas dentaduras que se reían desde arriba ¡Cómo olvidarlo! Se reían como diablos, y gritaban como lobos.” ¿Y ahora? Ahora conozco la voz de Melitona en mi corazón… escribo parafraseando a una poeta. Hace pocos meses la Corte Suprema revocó el fallo que condenaba al Estado Argentino a efectuar un resarcimiento económico al pueblo Qom por la masacre, la Corte no rechazó el pedido de justicia, pero negó la representatividad de la asociación civil que presentó la demanda. Melitona murió en noviembre de 2008 a los 107 años, era la última sobreviviente de la masacre.