El cuento por su autor

Estos 3 textos son de Jorge Repiso. Pero, por esta vez, el que presenta los textos soy yo, el dibujante Miguel Rep, hermano del escritor. ¿Por qué? Porque yo se los encargué a Jorge para mis tres libros, el de Evita y el de Diego, Nacidos para molestar, y para Messi, Nacido extraterrestre.

Son textos que se intercalan en los capítulos, que yo recibo en word y paso escrupulosamente a mi caligrafía de dibujante, casi que transformándolos en textos míos... pero no lo son.

Hablamos con Jorge de lo que necesito, un texto lírico no humorístico para servir de puente literario entre zona y zona de cada libro, y así salieron en cada uno de esos volúmenes. Por supuesto que son más de uno por biografiado, pero aquí le pedí a Jorge que eligiera 3 de los 3, porque a mí me gustan todos los que redactó, y no puedo elegir. Creo que recortar de esos libros míos sus textos es un acto de justicia, y yo solamente los presento y hago, una vez más, con alegría, la portada de Verano 12 de hoy.

Monólogo de Evita

1. Una vieja comadrona me dijo que ibas a venir a este mundo para hacer ruido, y tuvo razón. “Ya va a ver, doña Juana, por generaciones van a discutir si a la niña se le dio por nacer un día de 1919”. Tus primeros pasos los diste en Los Toldos hasta un día nos fuimos todos a Junín y creciste en medio de una hilera de hermanitos. En esas calles transcurrió esa vida modesta, ilusionada, con ese disfraz de payaso que usabas para hacer monerías en ese circo imaginario. Ay, los ojos cercanos del vecindario. No fue nada fácil ser una hija natural. Es posible que la humillación, la muerte de tu lejano padre y mi máquina de coser te hayan ayudado a forjar un futuro. “Cholita”, te llamábamos, y tus ojitos oscuros y penetrantes veían más allá del chato horizonte. Tu carita pálida, tu delgadez y los nervios, tu simpatía... inocentes palabras que se usaban entonces para hablar de vos. Tendrías que hacerte fuerte para soportar blasfemias, pero mientras declamabas en los actos del colegio con los brazos en alto y los puños encendidos. Y en las tardes de sol junto a la laguna, tu mente vagaba por sueños de cine, vestidos entallados, aros brillantes y los días que restaban para alejarte de nosotros.

2. No querías terminar como las demás ni sé de dónde te habrán venido esos aires de artista. Capaz que fueron esas revistas con tapas de colores que llegaban desde Buenos Aires. Las demás jóvenes de tu edad se quedaron tranquilas en el pueblo, algunas se casaron y otras aprendieron a escribir a máquina. ¡Querer ser actriz! Dicen las mujeres del barrio que siempre viviste encandilada y que yo te combatí, pero nada. Y es cierto, una tal Eva Duarte se empecinó y en casa terminamos cediendo.

También dice que eras pura sonrisa en la estación de tren, que viajaste recomendada y no sé cuántas pavadas más. Todas malas lenguas. Ahora pasó mucho tiempo, pero había que irse con 15 años. Enfrente, en la otra cuadra y en el centro siguen diciendo que te olvidaste de tu tierra ni bien se movió el vagón. Que ni siquiera lloraste en el andén y que quizás no hayas dormido para no perderte la entrada a la gran ciudad. Tu cabecita estaría imaginando ser una más entre tantas luces y estrellas.

Monólogo de Maradó

¿Sabés lo qué significa ser muuuuuuuy famoso? Es no poder ir ni siquiera al quiosco de la esquina a comprar una coca. Algo que seguro que a vos seguro nunca te va a pasar. Me acuerdo que antes en Buenos Aires, me podía jugar unos picaditos en la calle y nadie me rompía las pelotas y ahora miro por la ventana y me dan ganas de rajar de acá, irme una temporada a vivir a una isla del Caribe y pescar como cuando me escapo con el viejo a la isla, allá en Corrientes… una lancha, una caña y nada de andar dando autógrafos o cualquier boludez que te piden.

Pero ahora necesito estar acá, ¿me entendés? Con la gente, mis amigos nuevos, porque es bueno estar rodeado de amigos que le dan a Maradona lo que Maradona quiere y no lo joden todo el tiempo. Escuchá el teléfono ¿alguna vez dejó de sonar?... te juro que le arrancaría el cable y bajaría a arrancar el cordón de la vereda. A veces, de no tener nada que hacer, levanto el tubo y te juro que del otro me saludan, me putean, los periodistas me preguntan por cualquier cosa que pasa en el mundo, ¡y hasta los ingleses me llaman para pedirme reportajes!

Esperame un cacho que ya vuelvo… Volví, ¿en qué estábamos?... La fama… Sí, es lindo que te reconozcan en todos lados, pero me quitan la respiración. Quiero y no quiero. El problema es que como te decía, Maradona no puede ir al quiosco, sacar un billete del bolsillo y tomarse una gaseosa. Si necesita algo, o si quiere todo, a este boludo que te está hablando se lo tienen que traer a la casa. Y todos quieren traértelo, los tifosi, las chicas, la camorra, los barras brava…

Paremos, te pido que apagues el grabador. No le digas a nadie, pero por la madrugada me despierto y sin hacer ruido salgo despacito al balcón y siento que me entra todo el aire a los pulmones”.

Messi monologa

1. Mamá me sirvió mucha comida ¿y si la escondo debajo de la mesa se darán cuenta? Mejor no, porque si me pescan se van a enojar. Siempre igual, a mí me dan de más porque dicen que tengo que crecer y todo eso. Falta poco, dos o tres bocados y listo, a jugar a la calle, que ayer no me dejaron hacer goles. ¿Quién falta? A ver, está Rodrigo… Matías, ¿Vendrán Maxi y Emanuel? ¿Y Bruno? ¡Bien! ¡Terminé primero y limpié el plato! ¿Podemos ir a jugar?

2. La abu me llevó a la canchita y era cierto que tenía tribunas como las que se ven en la tele, y también un kiosquito. Todo es grande, hay luces para jugar a la noche y se ven las redes de los arcos y entonces, nadie me puede discutir si la pelota entró o no. Si me va bien, capaz que me llevan a Ñuls y papá que es fana, va a venir a verme y se va a poner contento. Ojalá pueda hacer como dos mil goles.

3. Es más roja y negra de lo que yo pensaba. Me dijeron los chicos que Maradona jugó con esta misma y un número 10 en la espalda. En casa hablan de fútbol y siempre dicen lo bueno que era y en la pieza hay un poster de él con la copa. ¡Debe ser difícil llegar hasta ahí! ¡Te debe ver todo el mundo! Mejor me voy a dormir temprano que mañana tenemos una difícil. ¡Cómo brilla la camiseta! Cuando termine el partido la voy a poner en el bolso sin que se den cuenta y se las voy a mostrar a todos en el barrio. Ojalá venga Antonella y me pregunte porque yo, ni me animo a hablarle.

4. ¿Si me hubiera gustado quedarme en Rosario? Claro que sí, y se lo dije al periodista, pero ahora que estoy acá ni loco me muevo. En el Barca me tratan bien, en la cancha me puedo mover como quiero y encima, tengo un nuevo amigo que es un jugadorazo de Brasil y me aconseja, aunque a veces no le entiendo como habla. El técnico está seguro que vamos a ganar todos los campeonatos del mundo y mañana vamos a hacérsela difícil a los del Madrid. Hace un poco de frio y desde acá se ve el mar. Anoche soñé que levantábamos una copa plateada y de día sueño que voy a buscar a Antonella y que me llaman para la selección.

5. Se la tiré bajito y entró. Allá están Lautaro y Nicolás y por las dudas me voy a parar entre los dos. No quiero ni mirar ¿cuántas finales perdimos? Menos mal que me dijeron que siguiera, que no me bajara de acá, menos mal. ¿Cómo estarán papá, mamá y los demás? Andá, Dybala, te toca a vos. Pensar que la primera vez que vestí estos colores me echaron enseguida de la cancha, abuela querida, hacé que ellos sigan errando, por favor te pido que el corazón me va rápido ¿Qué haré cuando tenga canas y no me den más las piernas?... no importa ahora, falta poco, ¡qué tortura! Dale Gonzalo, andá, terminalo y nos vamos a festejar, mejor miro y que sea lo que sea, pateáselo a la derecha que estamos de racha… abuelita ¿será el momento? Ya está, ya está, después de esto, ¿Qué sigue?