La Justicia condenó a un preso por homicidio y a los dos policías que lo dejaron salir de su celda, durante una madrugada de 2013, cuando fue directo a darle una paliza a su ex esposa. Los dos efectivos de la subcomisaría 2ª, que debían custodiar a los internos y facilitaron la evasión de uno de ellos, fueron sentenciados a tres años de prisión en suspenso; mientras que el agresor fue condenado a un año, por las lesiones provocadas a su ex pareja, pero deberá pasar 14 años tras las rejas por los delitos acumulados (partícipe de homicidio en ocasión de robo, robo calificado por uso de arma de fuego en tentativa y portación de arma de guerra). Uno de los efectivos apeló ayer la sentencia y alegó que a la hora del hecho, estaba haciendo adicionales en otro lado. La Fiscalía de Cámaras pidió la confirmación de la pena.

El incumplimiento policial salió a la luz cuando una hija de la ex esposa de Angel Rubén Rodríguez fue a la seccional 30ª a dar cuenta de lo que había ocurrido en su casa alrededor de las 5.30 de la madrugada del 21 de diciembre de 2013. Tras ello, el agresor -que había regresado al penal- fue llevado a una pieza donde lo esposaron a una ventana, pero volvió a huir. Seis meses más tarde, fue recapturado. Por la primera fuga fueron responsabilizados el policía supervisor de servicio, Carlos Carrizo; y el cabo Cristian Leiva, que apeló la condena.

En 2015, los efectivos y el detenido fueron procesados por el juez Juan Andrés Donnola, en cuyo fallo figuran los relatos de compañeros de celda del preso, que confirmaron que Rodríguez se entrevistó con el comisario esa mañana y luego "se puso como loco" porque temía que la denuncia por maltrato complicara sus chances de libertad. Ese día había visitas en el penal y, como estaba alterado, el personal policial lo trasladó a una pieza donde quedó esposado a la reja de una ventana. Cuando fueron a tomarle declaración las esposas colgaban solas.

El juez Julio Kesuani condenó a Leiva y Carrizo por haber favorecido la salida de Rodríguez, quién se reintegró a la seccional donde se encontraba legalmente detenido a eso de las 6 de la madrugada. Al mediodía se fugó por segunda vez. En la primera huida, a las 5, se presentó en el domicilio de la madre de sus seis hijos y la agredió con "golpes de puño en el rostro, en circunstancias de encontrarse evadido", para luego reintegrarse. En detalle, la mujer declaró que tanto ella como su hija de 15 años fueron golpeadas.