“Extorsión” y “puesta en escena” son algunas de las definiciones con las que los legisladores nacionales por la provincia de Buenos Aires calificaron el discurso del presidente Javier Milei ante la asamblea legislativa, en ocasión de la apertura del período de sesiones extraordinarias.

La senadora Juliana Di Tullio afirma que “no le habló a la gente. Ni una palabra sobre los sueldos atrasados, el precio de los alimentos, el precio de los medicamentos. Sólo se refirió a la ley de alquileres, que según él bajaron. Los inquilinos se preguntan dónde. Para la gente es ajo y agua”.

“El show mediático fue impecable, eso hay que reconocerlo, porque sabe hacerlo muy bien”, agrega. El tuit en el que el vocero Manuel Adorni alude al pico de 50 puntos de rating de la transmisión de la noche del viernes parece confirmar cuáles son las preocupaciones del oficialismo. "Pero el discurso no cambia nada porque la situación de la gente sigue siendo acuciante, entre otras cosas porque está vigente su DNU 70/2023, que derogó la ley de alquileres.”

Para Di Tullio, “el objetivo del discurso y la convocatoria es ganar tiempo, patear las definiciones para más adelante y así la va llevando. El DNU se tiene que tratar pronto en el recinto, ya sea para que se defina su rechazo o para que Milei asuma la responsabilidad por esta realidad frente a la sociedad”.

El diputado Carlos Castagneto, por su parte, sostiene que “el primero en aplaudirlo por las redes sociales fue Macri. ¿Por qué? Porque este es su plan de gobierno: lo mismo pero más rápido. No es casualidad que atacó a todos, de Morales a Cristina, pero se cuidó de no hacer enojar a Macri. El plan es entregar los recursos naturales y las riquezas de los argentinos”.

El ex arquero de Gimnasia aporta datos económicos. “La realidad es que la recaudación se cae como un piano. ¿Porque falla la AFIP? No, porque no hay actividad económica. De la misma manera, aumenta proporcionalmente la oferta de propiedades en alquiler, porque nadie las alquila: a este precio, con estos sueldos, no hay demanda”.

"Más allá del supuesto tono moderado, el trasfondo es el mismo. Sigue haciendo del enfrentamiento una herramienta política, a un nivel que nunca vimos. Sólo busca su éxito personal, está convencido de que es un caso único no sólo en Argentina sino en el mundo, cuando sus ideas delirantes nunca fueron llevadas adelante", define el tandilense Rogelio Iparraguirre. Para él, Milei llega porque "se encuentra con una sociedad con la conciencia cívica perforada, producto del fracaso de sucesivos gobiernos. Ese caldo de cultivo, el enojo y el hartazgo de los partidos tradicionales, hace que lo elijan presidente. Él usa el enojo de parte de esa sociedad para llevársela puesta".

Iparraguirre agrega que "más que un pacto, lo que propone es una claudicación, porque ya están escritos los diez puntos, y a cambio primero tenés que votarle todo lo que pide. Milei desconoce todo acerca d ela búsqueda de consensos, porque no está dispuesto a ceder nada".

Sostiene que, "además, no tuvo una palabra de empatía con los que sufren el ajuste. No habló de educación, salud, producción, trabajo, medio ambiente, de jubilaciones, ni una palabra de eso. Todos esos son los verdaderos argentinos de bien, los que invierten, producen, trabajan, estudian, pero el manipula ese concepto y lo convierte en aquellos que acuerdan con él".

Otras fuentes consultadas cuentan cosas de relevancia política, que no mostró la transmisión. “No lo aplaudió absolutamente nadie que no fuera propio. No aplaudió el PRO, no aplaudieron los senadores de las fuerzas provinciales tampoco. El senador Juan Carlos Romero aplaudió una sola vez, cuando Milei mencionó a Menem”.

"Hace mucho que no veo tan incómodos a los jueces de la Corte en una asamblea. Creo que ni con Cristina", resume alguien con muchos años de experiencia legislativa. "La Libertad Avanza es el oficialismo. Unión por la Patria es la oposición. Todos los demás tienen que ubicarse en el nuevo escenario. Cuánto más demoren o especulen, mayores costos van a pagar".

El discurso, que duró un poco más de una hora, comenzó con el tono conocido como "pesada herencia", que culpabiliza a la gestión anterior, atacó al ex gobernador Gerardo Morales y al Poder Judicial de su provincia por detenciones irregulares y siguió con la habitual enumeración de cifras sin fuente. 

Sobre el final, llamó a los gobernadores a firmar un "acuerdo patriótico" el próximo 25 de mayo en Córdoba, con el objetivo de romper el frente de los mandatarios que, cada vez más unidos en defensa de sus intereses, van ganando volumen político.

“Eso fue una extorsión, no una invitación al diálogo”, define el diputado Julio Pereyra. “No imagino que un gobernador pueda tomarlo de otra manera: les dijo a dónde ir, les dijo qué día y les dijo qué deben firmar. Sólo faltó la hora”, agrega.

Pereyra, que antes fue diputado provincial por la tercera sección y varias veces intendente de Florencio Varela, localidad cuyo Partido Justicialista preside, afirma que “hubiéramos querido que hable del ajuste, de medidas para aliviar la situación dramática de las pymes, del comercio, de las familias, de los municipios. Pero no hubo ni una palabra de eso”.

Para Pereyra, “el presidente le habló a su propia tribuna, porque no tiene dimensión real del daño que están causando sus políticas”. 

Ese desconocimiento sería, según el varelense, la explicación de por qué un presidente que viene de sufrir dos duras derrotas políticas consecutivas en menos de un mes, la primera con la caída del proyecto de ley ómnibus y la segunda con el fallo judicial favorable a Chubut en la disputa por los fondos coparticipables, actúa una posición de superioridad, cuando su debilidad es manifiesta.

A la vez, Pereyra recuerda que “en materia de diálogo, la Federación Argentina de Municipios le pidió una reunión hace dos semanas para tratar la situación de los territorios y todavía espera respuesta”. Pereyra fue presidente de la FAM y hoy es vicepresidente de la comisión de Asuntos Municipales de la Cámara Baja.