"Estamos sin dormir después de la noticia, felices y la espero ansioso, porque la amamos sin conocerla y luchamos para llegar a este momento, que cierra una etapa de nuestras vidas", agradeció Aldo Tartaglia, hermano de María —secuestrada y desaparecida en noviembre 1977—, y tío de la nieta 125, cuya restitución fue anunciada ayer por Abuelas de Plaza de Mayo. Aldo dio una conferencia de prensa esta tarde en la Casa de Gobierno de La Pampa, donde es oriunda la familia Tartaglia, y dónde María, madre y abuela, fue "la que más peleó por recuperar su identidad y murió sin conocerla", la recordó su hijo.  

Acompañado por el gobernador pampeano, Carlos Verna, el tío de la nieta 125, una mujer bonaerense de 38 años, destacó que la restitución de su identidad se da "en el contexto de una política destinada a menoscabar las políticas de derechos humanos" y a pesar de que el Gobierno de Mauricio Macri entre sus primeras medidas "desmanteló la unidad de búsqueda de niños apropiados”. "Le diría a nuestro presidente que los derechos humanos no son un curro", sentenció Aldo.

Al lado de Aldo estaba Juan Carlos "Pinky" Pumilla, uno de los propulsores del Movimiento de los Derechos Humanos de La Pampa, y testigo de la segunda etapa del juicio contra militares y civiles acusados de delitos de lesa humanidad cometidos en la provincia durante la última dictadura, bajo la denominada Subzona 14.

Lucía Rosalinda Victoria Tartaglia, militaba en La Plata, y el 27 de noviembre de 1977 fue secuestrada., Durante su cautiverio tuvo a la niña, que encontró su verdadera identidad 38 años después. Lucía tenía 24 años cuando fue secuestrada. Su familia supo que estaba embarazada y fue por ello que además de la intensa búsqueda, aportaron las muestras de ADN al Banco Nacional de Datos Genético. 

"Nuestra familia no sabía si Lucia había tenido un varón o una nena y toda la etapa desde 1977, con su desaparición, fue horrible; vivir con esa incertidumbre, pensar en una madre que pierde así a su hija y a su nieta o nieto", describió Aldo y contó que desde que Lucía desapareció, nunca más festejó su cumpleaños. "Siempre lo festejábamos juntos, porque Lucía cumplía los años el 6 de junio y yo el 7", explicó entre lágrimas. "Ahora somos una familia completa, sólo me resta encontrar los restos de mi hermana, y sé que los voy a encontrar", celebró.  

"Todavía estoy muy conmocionado con la noticia. Sin dormir, pero feliz. Cuando me llamó Estela (de Carlotto) era tal la felicidad que pensé de inmediato en mi madre. Ahora sólo pensamos en el reencuentro, porque la amamos; siempre hubo un lugar vacío y estamos ansiosos por verla, aunque aún no tenemos información de cuando llegará ese momento", informó.