Rose McGowan, una de las primeras actrices en acusar al caído en desgracia productor cinematográfico Harvey Weinstein de violación, denunció ayer lo que llamó una cultura generalizada de mala conducta sexual en Hollywood y exhortó a las mujeres a luchar. “Yo guardé silencio durante 20 años. Me llamaron puta, me avergonzaron, me acosaron, me calumniaron. ¿Y saben qué? Soy sólo una persona como ustedes”, dijo McGowan, de 44 años.

Fueron los primeros comentarios públicos de la actriz desde la difusión de sus acusaciones contra Weinstein, en el inicio de lo que luego se convirtió en un torrente de denuncias por acoso sexual, agresión y violación contra un hombre que había sido una de las personas más poderosas en la industria del cine.

A medida que el escándalo creció, McGowan emergió como una de las críticas más mordaces de Weinstein. McGowan aludió también a declaraciones de 2005 del actual presidente Donald Trump en las que alardeó de que podía tocar los genitales de una mujer y hacer con ella lo que quisiera simplemente porque era famoso. “Somos puras. Somos fuertes. Somos valientes y vamos a luchar”, dijo McGowan, que levantó su puño izquierdo desafiante mientras la multitud presente en la Convención de la Mujer, en Detroit, la ovacionaba de pie.  

La convención es una rama de la Marcha de las Mujeres, que copó las calles de Washington el día después de la asunción de Trump, en enero pasado. The New York Times informó que en 1997 Weinstein llegó a un acuerdo por 100.000 dólares con McGowan, que entonces tenía 23 años, para no revelar lo sucedido en su habitación de hotel durante el Sundance Film Festival.