Empresarios y cámaras patronales sumaron ayer nuevas críticas al paquete de impuestos que el Gobierno pretende aplicar en el marco de su proyecto de reforma fiscal. Bodegueros, productores azucareros, industriales y comerciantes alertan por el impacto de aumentar las alícuotas en bebidas alcohólicas y gaseosas azucaradas. “Pretenden aplicar lo que fue la resolución 125 a la Pampa Húmeda, ahora en el Oeste argentino”, apuntó José Zuccardi, titular de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA). Por su parte, la Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol (Cadibsa) denunció que la suba de la  presión impositiva impulsada por el Gobierno es “distorsiva” y advirtieron que podría generar la pérdida de 7000 empleos en toda la cadena del sector.

El anuncio fue un balde de agua fría para las economías regionales. “Son muchos los sectores que están subsidiados, como el automotriz, y encima ahora le sacaron los impuestos internos y a otros sectores que son altamente productivos que van a la góndola se los aplican. Lo triste es que (los impuestos) se los aplican de contado, o sea que suben de hoy para mañana, y la promesa es bajar los otros impuestos a cinco años”, dijo el ex vicepresidente de la Unión Industrial Argentina (UIA) Juan Carlos Sacco.

Entre los afectados se encuentra la industria cervecera. Desde la Cámara de la Industria Cervecera Argentina aseguran que el aumento de los impuestos internos al sector podría incrementar un 6 por ciento los precios, mientras que desde las organizaciones que se dedican a la producción artesanal piden que se los diferencie de los industriales a la hora de tributar. “La industria está estancada en los últimos años. A pesar de esto hay un compromiso 2016-2020 de 1800 millones de dólares en inversiones. Sin embargo, con estas medidas, las empresas socias están revisando sus planes”, afirmó Alejandro Berlingeri, director Ejecutivo de Cerveceros Argentinos. Tanto la cámara industrial como la de artesanales coinciden en que no fueron consultados.

Desde Cadibsa criticaron el anuncio de subir de entre 4 y 8 por ciento al 17 las alícuotas para las bebidas azucaradas. “Un impuesto de estas características resulta distorsivo y discriminatorio, ya que penaliza sólo a una categoría en particular, sin considerar otros productos que contribuyen significativamente a la ingesta diaria de azúcar”, comunicó la Cámara. “Las diferentes experiencias a nivel internacional han demostrado que un impuesto sobre el sector no sólo es ineficaz sino también dañino para la economía ya que genera aumento artificial de precios, contracción en el nivel de actividad del sector y pérdida de empleo”, agregaron las empresas. Por su parte, desde la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) consideraron “lógico que economías regionales de algunas provincias protesten por algunos de sus productos”, pero contemplan que la resolución final “será tema de negociaciones”.