Desde Cannes

El cineasta estadounidense Sean Baker ganó este sábado la Palma de Oro a la mejor película del Festival de Cannes por Anora, una comedia lunática y agridulce de un dinamismo y una energía arrolladoras, que conquistó no solamente al jurado presidido por la actriz y directora Greta Gerwig sino también a la mayoría de los “festivaliers” presentes en esta edición número 77 de la muestra cinematográfica más importante del mundo. “Esta película increíblemente humana capturó nuestros corazones, nos hizo reír, nos dio esperanza más allá de toda esperanza y luego nos rompió el corazón, sin perder nunca de vista la verdad”, dijo la directora de Barbie sobre el escenario del inmenso Grand Théâtre Lumière

Suerte de cuento de hadas contemporáneo, como si fuera una Cenicienta en llamas, Anora lleva el nombre de su protagonista, una muy joven trabajadora sexual de Manhattan que de la noche a la mañana conoce a su príncipe azul. Que no es otro que un chico incluso más joven que ella, que se la lleva a vivir –tarifa semanal mediante- a su lujosa mansión de Brighton Beach. Sucede que el príncipe en cuestión se llama Ivan y es el hijo de unos plutócratas rusos, que de tanto que lo han consentido no pueden controlarlo, ni siquiera a través de sus guardaespaldas. Y que cuando se enteran de que Ivan y Anora se han casado en Las Vegas harán absolutamente todo lo que esté a su alcance para anular ese matrimonio, que nunca llega a ser estrictamente de conveniencia. A su manera, siempre hay amor en el cine de Sean Baker.

Como ya sucedía en sus estupendas películas anteriores, desde Starlet (2012) hasta Red Rocket (2021) pasando por Tangerine (2015), que también tenían como protagonistas a distintxs trabajadorxs sexuales, en Anora Baker nunca juzga ni condena a sus personajes. Se diría que los encuentra como si fuera por casualidad, los hace sacar chispas entre sí y los sube a una montaña literalmente rusa, de la que nadie –empezando por los espectadores- parece en condiciones de poder o querer bajarse.

Que la Palma de Oro a este militante consecuente del cine indie estadounidense se la haya entregado nada menos que George Lucas habla a las claras de los puentes que tiende el Festival de Cannes. Apenas unos minutos antes, el creador de la saga de La guerra de las galaxias había sido homenajeado con una Palma de Honor, que a su vez le entregó su amigo y compañero de ruta de toda una vida, Francis Ford Coppola, quien trajo a la competencia oficial su fallida Megalopolis y se va de la Croisette sin premio alguno, con las manos vacías.

El segundo premio en importancia, el Grand Prix du Jury, fue para la primera película de la India que compite en Cannes en treinta años, All We Imagine As Light (Todo aquello que imaginamos como luz), de la joven directora Payal Kapadia. Esta sensible historia de una amistad entre tres mujeres de distintas generaciones pero de la misma clase social (son enfermeras de un hospital público) es la primera ficción de Kapadia, nacida en Bombay hace 38 años, y que ya había deslumbrado aquí en Cannes 2021 con su iracundo documental A Night of Knowing Nothing, premiado luego en el Festival de Mar del Plata.

El jurado se permitió este año varias libertades, algo no muy frecuente en Cannes, que suele tener reglas estrictas. En primer lugar, le dio dos premios a una misma película, algo fuera de norma en los últimos años. Se trata del musical franco-mexicano Emilia Pérez, dirigido por Jacques Audiard, que ganó el Premio del Jurado y también el galardón a la mejor actriz… que fue para cuatro: Zoe Saldaña, Selena Gómez, Adriana Paz y Karla Sofía Gascón, el elenco casi completo del film. Una película bastante controvertida, por cierto, porque su fantasía musical tiene como protagonista a un siniestro narco que decide no sólo cambiar de identidad sexual (allí brilla la española Karla Sofía Gascón, la primera actriz trans en ganar un premio aquí en Cannes) sino también de credo: bajo su nuevo nombre funda una improbable ONG llamada “Lucecita” que se dedica a buscar los cuerpos de los muertos que el mismo personaje antes había mandado asesinar y desaparecer.

Otra libertad que se tomó el jurado fue la de otorgar un premio especial, que no figura en el reglamento, pero que tiene su justificativo político: fue para el cineasta iraní Mohammad Rasoulof, que llegó a Cannes escapando hace apenas una semana del régimen teocrático de su país, que lo había condenado a ocho años de prisión y también a castigos corporales. Viendo La semilla de la higuera sagrada, la película que trajo al concurso oficial, se entiende por qué: es una invectiva directa contra el Estado totalitario iraní, que entre tantos presos políticos tiene encarcelados al actor y a la actriz que protagonizan el film y para quienes Rasoulof pidió desde el escenario la solidaridad internacional.

El premio a la mejor dirección fue para el portugués Miguel Gomes y su extraordinaria aventura geográfica y cinematográfica titulada Grand Tour, un film de una originalidad sin atenuantes. Y aunque hubo consenso en la crítica reunida en Cannes acerca de los aciertos del palmarés, también hay que señalar que dos excelentes películas de grandes directores fueron completamente ignoradas por el jurado. Una de ellas fue Caught by the Tides / Atrapados por las corrientes, del notable cineasta chino Jia Zhang-ke, uno de los grandes títulos en la competencia oficial de Cannes 2024. Y la otra fue The Shrouds, del maestro canadiense David Cronenberg, que sigue haciendo sus fantasías oscuras que no suelen tener predicamento en los jurados. Ya le pasó hace dos años con la inquietante Crímenes del futuro y ahora le volvió a suceder con su nueva película, que trabaja sobre la noción de la muerte y el duelo. 

Los premios principales

  • Palma de Oro a la mejor película: Anora (EE.UU), de Sean Baker
  • Grand Prix du Jury: All We Imagine As Light (India), de Payal Kapadia
  • Premio del Jurado: Emilia Pérez (Francia/México), de Jacques Audiard.
  • Premio a la mejor dirección: Miguel Gomes por Grand Tour (Portugal).
  • Premio Especial del Jurado: al director iraní Mohammad Rasoulof por La semilla de la higuera sagrada
  • Premio al mejor guion: The Substance (EE.UU), de Coralie Fargeat
  • Premio a la mejor actriz: para Zoe Saldaña, Selena Gómez, Adriana Paz y Karla Sofía Gascón de Emilia Pérez (Francia/México), de Jacques Audiard.
  • Premio al mejor actor: Jesse Plemons por Tipos de gentileza (Reino Unido), de Yorgos Lanthimos.
  • Cámara de Oro al mejor primer largometraje: Armand (Noruega), de Halfdan Ullmann Tøndel
  • Palma de Oro al mejor cortometraje: Palma de Oro al Mejor Cortometraje: The Man Who Could Not Remain Silent (Croacia), de Nebojša Slijepcevic
  • Premio de la crítica internacional (Fipresci): La semilla del higo sagrado (Irán/Alemania), de Mohammad Rasoulof.