El alto rating de 44 puntos fue la gran sorpresa del debate organizado por la televisión chilena anteanoche donde los ocho candidatos presidenciales expusieron sus propuestas. La cita duró casi tres horas y contó con la participación de todos los aspirantes a La Moneda: Sebastián Piñera (derecha), Alejandro Guillier (centro-izquierda), Beatriz Sánchez (izquierda), Marco Enríquez-Ominami (izquierda), José Antonio Kast (extrema derecha), Carolina Goic (centro), Alejandro Navarro (izquierda) y Eduardo Artés (extrema izquierda). El debate registró momentos de gran intensidad cuando los periodistas interrogaban a los candidatos libremente; languideció en el turno de preguntas sobre seguridad, economía, salud y educación y viró hacia los ataques directos e incluso las descalificaciones personales en la recta final. Fueron las dos candidatas -Carolina Goic, de la Democracia Cristiana, y Beatriz Sánchez, del Frente Amplio- quienes mostraron más templanza y evitaron los reproches hacia sus contendientes. Las miradas más críticas estaban puestas en el expresidente Piñera, quien había anunciado horas antes una reducción de 7000 millones de dólares a costa de programas sociales mal ejecutados, y del aspirante oficialista Alejandro Guillier, por su decisión de postergar la entrega completa de su programa de gobierno. De hecho, el debate empezó con una interpelación a Piñera sobre cuáles serían los programas que se verían afectados por ese ajuste, que representa un 2,5 por ciento del PIB. “No habrá despidos masivos. Ningún funcionario que cumpla su labor será despedido. Pero los operadores políticos que trabajan para los caciques tendrán que abandonar sus puestos”, dijo. En tanto Guillier argumentó que su programa “no es producto de un fin de semana”, sino que viene trabajando en él desde el mes de enero.