–¿Qué le parecen las denuncias que pusieron a varios músicos de rock en la mira de la opinión pública en las últimas semanas?

–Me parece perfecto que se señale a los fachistas y abusadores.

¿Cuánto podemos confiar también cuando sabemos cómo se mueve la justicia? A veces no pasa de ser un escrache por Facebook, y no deja de ser igualmente grave. En Wikipedia alguien, cada dos semanas, pone que mi apellido es Sanzovich. Lo que no es real. Pero la gente puede pensar que sí, y que lo modifiqué. Uno da por ciertas cosas que lee, y no tiene por qué ser verdad, necesariamente. 

–Algunos de estos músicos fueron dados de baja del BARock. Si bien tocó con Litto Nebbia en el festival, la idea inicial es que usted se presentara tanto con ese proyecto como con Pez. Pero al final no sucedió. ¿Qué pasó?

–Fue una desprolijidad de la producción original del festival, no de los que terminaron salvando las papas los últimos tres días. Nos extendieron un contrato a Pez y a Nebbia, y cuando se enteraron de que íbamos a tocar con Litto no nos lo quisieron firmar. Es una gente horrible a la que ya la vamos a cruzar, y le diremos en la cara lo malo que fueron con nosotros.