River y Morón sólo tienen en común los colores que los acompañan desde sus inicios. Después, muy poco. Con repasar presupuestos, salarios, sponsors y jugadores. El del ascenso quería ampararse en su historia reciente en el torneo (Patronato, San Lorenzo, Unión y Olimpo quedaron en su camino) para hacerle frente a este contexto de desigualdad, pero sólo pudo aguantar 39 minutos. La primera para River fue tan clara que toda su hinchada gritó el gol, pero fue un engaño visual. Ignacio Scocco ejecutó un tiro libre y la pelota dio en el costado de la red, dando la sensación de que se había metido. Cerca.

Pero un minuto después, el cuestionado Germán Lux intercedió para callar la principal crítica de los hinchas de River: “No te salva una”. El arquero no sólo tapó la primera pelota que le tiraron, sino que sacó lo que era el primer gol de Morón, tras una buena jugada entre Javier Rossi y Rodrigo Díaz. El último llegó a conectar y Lux la descolgó del ángulo.

River había monopolizado la pelota, pero no era claro ante la férrea defensa de los dirigidos por Walter Otta. A los 36 minutos, un aviso de lo que iba a venir con un centro de Milton Casco para la llegada de Nicolás de la Cruz, quien cabeceó por arriba. Sólo el empuje y las ganas de cambiar la semana más oscura en la era Gallardo (eliminado de la Copa Libertadores contra Lanús y caída contra Boca en el Monumental) terminaron por abrir el encuentro.

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Ignacio Fernández, autor del primer gol, escapa de la marca de Lillo.

El técnico fue justamente quien aceleró cuando la pelota se fue afuera a los 39. La agarró en el aire y se la dio a uno de sus dirigidos para que saque rápido. Ese fue el arranque de una serie de toques que terminó con un centro de Martínez para la aparición de Ignacio Fernández. El ex Gimnasia la empujó en posición adelantada.

El segundo mazazo llegó tres minutos después por una buena jugada colectiva. Fernández cambió de izquierda a derecha para De la Cruz que entraba muy solo en el área contraria, este le pegó rasante buscando un desvío y llegó en los pies de Jonatan Maidana. El golpe dejó con pocas esperanzas a los del oeste, que vieron cómo en tres minutos se les cayó el plan que fueron a ejecutar en Mendoza.

En el segundo tiempo, con el resultado a favor, River ratificó su superioridad y manejó el encuentro a su gusto. Sin apretar el acelerador, pero también sin dejar llegar al rival a su área, los de Núñez encontraron el equilibrio para no sufrir sobresaltos y no cansarse. El colombiano Rafael Santos Borré, ya en el descuento, selló el resultado.

El rival en la final será Atlético Tucumán, que el viernes último dejó atrás a Central, al ganar en la definición por penales luego de igualar sin goles durante el encuentro. Pero sin duda, lo más importante para River fue olvidarse bastante de los malos momentos que le tocaron vivir en los últimos días.