Abatido, después de que varios líderes independentistas reconocieran que la secesión catalana no es un objetivo realizable en lo inmediato, el destituido presidente del Gobierno de la Generalitat, Carles Puigdemont, aseguró que ve “posible” una solución para Catalunya que no sea la independencia. "Estoy dispuesto y siempre he estado dispuesto a aceptar la realidad de otra relación con España", manifestó Puigdemont en la entrevista con el diario belga Le Soir. 

Tras su fallida aventura en Bélgica contra la intervención de Mariano Rajoy y después de que su ex vicepresidente, Oriol Junqueras, presentara una lista única para las próximas elecciones regionales del 21 de diciembre, Puigdemont aseguró que está “a favor de un acuerdo” con el gobierno central. "¡Sigue siendo posible! Yo que he sido independentista toda mi vida, he estado trabajando treinta años para lograr otro encaje de Cataluña dentro de España", puntualizó. 

Las palabras de Puigdemont contrastan con la vía unilateral que impulsó estos últimos meses, después de instar a que el Parlamento catalán declarase la independencia. Hace apenas cuatro días, incluso, anunció la creación de una “estructura estable” de su Gobierno en Bélgica. Después de las detenciones preventivas de ocho ex ministros de su cesado Gobierno y ante la distancia que tomaron algunos líderes secesionistas, el discurso cambió. 

Hoy Puigdemont consideró que es plausible un acuerdo con España, aunque subrayó que el origen de la crisis actual se encuentra en 2010, cuando el Tribunal Constitucional declaró inconstitucionales varios artículos del Estatuto de Autonomía de Catalunya. "¡El origen de todo esto es la invalidación en 2010 del Estatuto de Autonomía que había sido adoptado por los parlamentos catalán y español! ¿Sabe cuántos diputados independentistas había en ese momento en el Parlamento catalán? ¡14 de 135!. Ahora se han convertido en 72. El responsable del crecimiento del independentismo es ante todo el Partido Popular", comentó el expresidente del Gobierno de la Generalitat.

Este lunes, el portavoz del partido que desde principios de 2016 gobernó en coalición con Puigdemont, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), reconoció además que el ejecutivo catalán no estaba en condiciones de defender la independencia tras el referendo ilegal de autodeterminación del 1 de octubre en el contexto que imperaba.

"Para lo que no estaba preparado el gobierno (...) era para hacer frente a un estado autoritario y sin límites a la hora de aplicar la represión y la violencia", declaró a la prensa Sergi Sabrià, portavoz de ERC, a quien los sondeos pronostican una victoria en las elecciones aunque sin mayoría absoluta.