La cantidad de víctimas fatales del terremoto de 7,3 grados en la escala de Richter que castigó al oeste de Irán y parte de Irak llegó ayer a 341 personas en territorio iraní y a 7 en su país vecino. Sumados los de ambos países, los heridos son más de seis mil. El terremoto comenzó durante la noche del domingo en la provincia de Kermanshah, en el oeste de Irán, pero también afectó la frontera con Irak, en la región este de ese país. Irán se encuentra en un área de frecuentes terremotos y éste es uno de los más graves de los registrados en las regiones fronterizas en las últimas décadas. En 1990 un terremoto de 7,7 grados provocó la muerte de más de 37 mil personas en la misma zona.