Pasado mañana a las 19, en el túnel 4 del Centro Cultural Parque de España (Sarmiento y el río) se presenta el libro Antología de la calle inclinada, que reúne obras de 55 escritores del taller literario de Marcelo Scalona, espacio que celebra sus 17 años de existencia lanzando en la ocasión un nuevo sello editorial: Los libros de la calle inclinada. Y presentando esta antología cuyo título alude a la bajada de Laprida entre Urquiza y San Lorenzo. Allí funciona escaleras arriba este semillero de autores, un oasis para apasionados por la literatura; más de mil hasta la fecha, cuenta el tallerista revisando el fichero del taller.  

El prólogo de Scalona crea la atmósfera perfecta para adentrarse en la antología. Habla de aquel rincón de Rosario que "remeda París", evocando esa calle que desciende guiando hasta el bar con el nombre de Pasaporte, que (cabe agregar) bien podría ser el título de un cuento de Cortázar. El del taller -Marce, no malumbré- surge de una instantánea: el tallerista sosteniendo una linterna con la que alumbraba a sus alumnos en una lectura de sus textos en su propia terraza, hace 12 años. "Ya no puedo separar/ mi casa de su escuela/ sus papeles de los míos/ los sueños de todos en mi living// la puerta verde, la cocina, el altillo/ las ventanas, los libros", escribe el poeta y narrador, celebrando una experiencia que fundó una literatura local.

La antología ofrece un panorama variado y de muy buena calidad sobre lo que se está escribiendo en la ciudad y la región. Se destacan unos poemas concretistas de Ramiro García que exploran la simbología en torno a la muerte, tres biografías patafísicas por Celeste Galiano, un humorístico cuento de Patricio Magnano sobre la neurosis obsesiva de un contador y su entorno, y un vertiginoso relato de Martín Kaissa cuyas creíbles marcas de habla oral contemporánea aportan un ritmo atrapante a las derivas existenciales de unos vagabundos muy cool.

 

 

Laura Rossi construye instantáneas líricas y cotidianas. Omar Maya narra la degradación de una mujer víctima del sistema. Pablo Castro Leguizamón incursiona en el realismo fantástico, actualizando una macabra leyenda rural a través de un gato aparentemente inofensivo llamado Naranjita. Alejandro Hugolini se inspira en El desierto de los tártaros para narrar desde la vereda de enfrente una rebelión popular de mediados de siglo pasado. "La Biblioteca Argentina atesora doscientos mil libros y son todos para mí", anota Verónica Laurino en su diario de bibliotecaria.

Tanto ellos como Amanda Poliéster, Natalia Massei, Carlos Descarga, Carolina Musa, Silvia Tombolini, Matías Magliano y los poetas Tomás Boasso, Ivana Simeoni y Jonatan Santos son autores reconocidos, con libros publicados. Muchos, como Luisina Bourband y Ariel Zappa, han publicado relatos en la contratapa de Rosario/12, dato que subraya Horacio Vargas en sus palabras preliminares. Otros dos prologuistas son Roberto Retamoso y Sebastián Riestra.

En general prevalece un realismo cuya carnadura se alimenta de las experiencias de vida de los escritores, que las reelaboran en una escritura cuidada y enriquecida por sus lecturas: la familia, el trabajo o la memoria son las canteras donde obtienen sus materiales. Se incluyen también textos de Julia Sánchez, Florencia Moscato, Gonza, María Laura Isaía, Mariano Boni, Lorena Aguado, María Laura Sabatier, María Paula Cerdán, Nicolás Aimetti, Mariela Torres, Matías Settimo, María Eugenia Sartori, Ignacio Romero, Mayra Medina, Analía Lardone, Gabriela Gervasoni, Pablo Javkin, Rosana Guardalá, Roberto Vince, Alejandra Rodenas, Pablo García, Alejandra Mazzitelli, Juan Pedro Rodenas, Marisol Baltare, Mónica González, Joaquín Yáñez, Mayra Rodríguez, Edgardo Juárez, Marilina Negri, Rubén Leva, Tomás Doblas, Federico Oña, Gerardo Ortega y Evelyn Navarro.

El taller es un espacio integrado a otras expresiones literarias de la ciudad como ciclos de lectura y Facultad Libre. Marcelo Scalona es autor, entre otros libros, de El camino del otoño (novela, 1992, 2da ed. 2012) y El mar (poesía, Alción, 2015).