La jueza porteña que condenó a prisión en suspenso a un conductor que, alcoholizado y a alta velocidad, ocasionó el choque en el que murió un niño, aseguró que los padres de la víctima también fueron responsables al no colocarle el cinturón de seguridad y que a ella se le “exigió venganza” cuando sólo puede “devolver justicia”. Ana Dieta de Herrero, del Tribunal Oral en lo Criminal 9 de Capital Federal, dio a conocer los fundamentos de la sentencia en la que el 25 de octubre condenó a tres años de prisión, pero en suspenso, y a 10 años de inhabilitación para conducir, a Juan Manuel Sánchez Villar, de 34 años, por el “homicidio culposo agravado” de Nicolás Bautista Jara, de 3. El veredicto indignó a familiares y amigos que ocasionaron destrozos en la sala de audiencias. El padre de la víctima fue detenido unas horas por “daños”. La jueza dio por acreditado que Sánchez Villar presentaba un nivel de alcohol en sangre de 1,69 y de 2,42 en orina y que iba a 115,2 kilómetros por hora en una zona donde la velocidad máxima era de 80, pero al evaluar responsabilidades en el resultado muerte también les apuntó a los padres del niño, por llevarlo dormido en el asiento trasero, solo y sin ninguna sujeción.