mi abuelo,

mis novios,

mis hermanos,

vi sus cabezas llenas de grandes ideas

como un plato de comida que rebalsa,

lustré desde chica esos cráneos,

soy el placebo de tranquilidad

con el que después brillan fuera de casa.

¿Para eso caí en este mundo?

Como bolas de bowling enormes y pesadas,

podría encerar y pulir sus labios,

mi madre pasó la vida entera haciéndolo:

la cabeza de él en altas ceremonias,

la corona de flores tejida por ella

delante de sus jefes,

delante de su maestro,

delante de su propio padre

Vi la inclinación que tienen estos hombres al afirmar,

el mentón hacia abajo, rozando el cuello, cuando dicen:

sí, señor

¿Alguna vez agradecieron el pecho materno,

la comida siempre lista cuando llegan a sus casas?

Estoy cansada de ser la otra del éxito,

estoy cansada de esos hombres,

quiero brillar,

no ser la luna que resplandece

con luz ajena.

Podría arrojar con fuerza una por una sus cabezas,

mis dedos apretando su nariz y su boca,

deslizándose con gracia por el suelo encerado

y pulido de la pista de bowling,

podría verlos estrellarse contra los palos

derribándolos con dolor,

pero manteniendo la sonrisa imperial

de quienes creen -como en una guerra- que han vencido,

que ahora son mejores que antes,

pero después vuelven hacia mí y los lanzo de nuevo.

*Poema de Luciana Reif. Ganador del premio a la Creación Joven otorgado por la Fundación Loewe de España donde participaron 706 personas de 31 países. El poemario será editado por la Colección Visor de poesía. El jurado destacó que la obra “ofrece una visión femenina de la realidad, en distintos aspectos y bajo focalizaciones diferentes que van del feminismo militante a la crítica del machismo social”.