Informal, relajado y a una hora de salir al aire desde Estudio Mayor, Juan “Pico” Mónaco nos recibe dispuesto a hablar de todo: su presente en la conducción, el deseo de ser padre y cómo encuentra el tiempo para mantener la pasión con Pampita, la mujer más linda de la Argentina. “Es un momento de adaptación y transición después de mi carrera tenística”, dice en referencia al reacomodamiento que está transitando tras alejarse profesionalmente del tenis y volcarse a la conducción televisiva en Con amigos así, por la pantalla de KZO, y Por una moneda, los sábados en Canal 13.

–¿Disfrutás de esta nueva etapa de tu vida?

–Me divierte, y todo lo que me divierte y me apasiona no me da fiaca, por más que esté cansado porque el único día libre que tengo en la semana es el domingo.

–¿Cómo te llevás con tu nuevo rol de modelo? ¿Cómo fue la campaña de El Burgués?

–Es raro decir “modelo”. Muchísimas veces me ofrecieron ser imagen de marcas pero en ese momento me dedicaba exclusivamente al tenis. No quería que se distorsionara mi carrera profesional con otras cosas que iban a demandar más tiempo. Ahora que tengo el tiempo y, obviamente, con una gran marca como El Burgués, dije que sí. Fue una producción espectacular y me gustó mucho.

–De un tiempo a esta parte te convertiste en un sex symbol, ¿lo asimilaste?

–Me convirtieron, que es distinto. Yo soy siempre el mismo. Siempre tuve este físico, siempre jugué al tenis. Tal vez era un poco más pudoroso a la hora de hablar de mi vida privada. El deporte era el deporte, era lo que me daba todo y tenía que estar super concentrado en eso.

“Muchísimas veces me ofrecieron hacer campañas, pero en ese momento me dedicaba exclusivamente al tenis. Ahora que tengo el tiempo y, obviamente, con una gran marca como El Burgués, dije que sí.”

–El circuito profesional es muy sacrificado, ¿lo volverías a elegir?

–No. Tuve que tomar decisiones muy importantes en una edad en la que no estaba maduro. Con 14 años tuve el coraje y la fuerza de irme de mi casa para ir en busca de un sueño que no sabía si se iba a cumplir o no.

Es un camino que quisieras para un hijo tuyo?

–No, porque soy consciente de todo el sacrificio que hice, lo mal que la pasé, todas las cosas que me perdí y lo afortunado que fui en haber llegado a ser un tenista profesional. Tenés que postergar tu adolescencia, las salidas con tus amigos, los viajes de egresados, los cumpleaños de tu familia, las fechas de fin de año, Navidad. Se pierde mucho ese sentimiento de familia, de amistad, porque estás solo.

–¿Te imaginás papá?

–Sí, me imagino todos los días. Es una cuenta pendiente que es inminente. Creo que va a llegar, las cosas están muy bien, la verdad estoy muy estable con mi pareja.

–¿Cuántos hijos soñás tener?

–Yo estoy soñando con el primero, después veré. Pero uno, dos, tres. Mi sueño es el primero, después todo lo otro se va a ir viendo.

–¿Cómo es esta experiencia de familia ensamblada y de paternar a los hijos de Carolina?

–Aprendo todos los días, es un mundo totalmente nuevo para mí. La convivencia te nutre, te da enseñanzas, me doy cuenta para qué cosas soy bueno, para qué otras soy malo, y tengo que aprender. Mucho.

–¿Los ayudás con las tareas del colegio o vas más a patear la pelota?

–Yo soy más de la rama del deporte. La madre se mete más en la parte de las tareas. Ellos necesitan amor, y yo, obviamente, estando en la casa, doy todo el amor posible.

–¿Y Carolina cómo es como mamá?

–Todoterreno. Es superexigente con ella misma. Sigue trabajando, es más popular que nunca, le da bola a su físico, es buena madre, está pendiente de los chicos. Muchas veces siento que no le alcanzan las horas del día porque hace tantas cosas que no lo podés creer.

–¿Seguís entrenándote todos los días?

–Casi todos los días. Me gusta tomarme las mañanas para ir al club. El deporte me dio todo, me dio amistades, me involucró con otras cosas. Ahora empecé a jugar al paddle, que no tenía mucho conocimiento.

–En la familia tienen horarios muy distintos, ¿cuál es el momento de comunión familiar?

–Los mediodías después del gimnasio ella termina de grabar y nos vemos o dormimos una siesta. Después hay un momento en el cual yo termino de grabar mi programa, vuelvo a casa y ella está maquillándose. Nuestro gran pasatiempo son los fines de semana; maximizamos el tiempo porque durante la semana los dos estamos con muchísimas cosas. Los miércoles a la noche lo dedicamos para nosotros, tratamos de ir a comer, al cine o por ahí nos vamos a dormir a Tigre. Siempre hacemos un plan muy nuestro.

–Poder mantener el noviazgo más allá de los chicos.

–Exactamente. Los chicos se acuestan temprano y nosotros por ahí hacemos algo distinto.

–Antes te preguntaba por el sex symbol, ¿te acosan mucho?

–No sé si la palabra es “acoso”; yo marco mucha distancia, no me involucro. Me piden muchas más fotos o me gritan cosas en la calle y soy superamable pero siempre les remarco, con respeto, si me abrazan de más o algo. Viste cómo es el tema de las redes sociales y cómo se viraliza todo.

–¿Te imaginás papá?

–Sí, me imagino todos los días. Es una cuenta pendiente que es inminente. Creo que va a llegar, las cosas están muy bien, la verdad estoy muy estable con mi pareja.

–¿Sos celoso?

–No soy celoso y creo que es algo que le sirve a la pareja. Caro tiene una vida muy expuesta: adonde va, llama la atención, es furor en todos lados, está divina, está pasando un momento espléndido de su vida.

–¿Es la mujer más linda de la Argentina?

–Para mí sí, sin duda. La admiro, y por ahí si le dicen algo o sube una foto y tiene mil comentarios, yo estoy feliz de que la vean de esa manera.

–¿Si te propusieran algo vinculado con el deporte dentro de la política, te interesaría?

–Difícilmente. Hoy el político está muy sucio en la Argentina. Sí estoy dispuesto a ayudar: colaboro en Tandil en todo lo que sea; me llaman de algún comedor y voy, o alguna actividad social para chicos carenciados, y lo hago sin fijarme la filiación política; a mí me gusta ayudar. El dinero, la fama o ser político no me moviliza absolutamente nada. Gracias a Dios estoy muy bien con lo que tengo, soy super simple.

–El dinero ya está resuelto.

–Sí, la parte económica está resuelta, no me voy a quejar. Me fue muy pero muy bien, mejor de lo que pensaba que me podía ir.

–¿Qué pequeña extravagancia te permitís?

–No tengo autos importados cero kilómetro, no uso relojes, no soy ostentoso. Soy muy tranquilo, tuve una educación espectacular. Tanto mis amigos como mi familia siempre me hacen mantener los pies sobre la tierra. Sí, por ahí, cuando voy a un restaurante, jamás miro el precio de una carta, siempre le pregunté al chef qué es lo mejor, cuál es el mejor plato o cuál es el mejor vino.

–¿Cuál fue el mejor regalo que le hiciste a Carolina?

–Para su cumpleaños… me da vergüenza, pero por ahí una joya.

–¿Con los otros sos más generoso que con vos mismo?

–Con los otros sí. Imaginate que para Navidad o para mi cumpleaños pido que no me regalen nada. No me gusta que me regalen cosas. Necesito muy pocas cosas para vivir y para ser feliz.

–Si charlamos en dos años y salió todo genial, ¿cómo te encuentro?

–Feliz, igual de alegre, porque soy así. Y seguramente me encuentres padre.