En la línea de tiempo más larga, la Causa 13 del Juicio a las Juntas no habló de la sistemática de vuelos de la muerte aunque los mencionó como uno de los métodos de la eliminación física de personas. La sentencia de ESMA II dijo que los vuelos existieron, que todos los testigos hablaron, reconstruyó la mecánica interna dentro del campo cuando describió lo que sucedía con los prisioneros los días en los que eran llamados a formar filas para aplicarles la inyección de pentonaval y logró describir parte de la operatoria externa de la mano de las declaraciones de Adolfo Scilingo. Pero a diferencia de esos dos momentos, este juicio tuvo los documentos que acreditan las estructuras: apareció algo más que antes no estaba, dijeron los fiscales: “¿Y qué es ese algo más? Pruebas. No confesiones. No prueba loca. Aparecieron los documentos que acreditan la existencia de una fuerza armada que se estaba organizando para algo grande, como dijo Scilingo: apareció esa fuerza grande con sus estructuras.”