Prácticamente recién aterrizados de su viaje al Vaticano los integrantes de la mesa chica de la CGT se reunieron en la sede de UPCN. Se sentaron, hablaron –algo más de lo que ya venían haciéndolo en Italia–, y concluyeron que necesitan recuperar terreno e iniciativa política y por eso van por el freno a la reforma previsional. También decidieron no participar de la marcha del miércoles, al menos orgánicamente, que convoca la Corriente Federal de los Trabajadores y Pablo Moyano. Con el camionero, en tanto, pretenden que defina su pertenencia al Consejo Directivo y que acate sus decisiones, como la de avalar lo acordado con el gobierno sobre la reforma laboral.

La historia de esta reunión comenzó la semana pasada cuando una delegación de la CGT viajó al Vaticano con el acuerdo de la reforma laboral bajo el brazo y con una frase: “No afecta los derechos de los trabajadores”. Pero no pareció suficiente. El mensaje que envió el papa Francisco al cierre del encuentro internacional de sindicatos incluyó un reto a todos aquellos que abandonan a los trabajadores ante los intereses de la patronal. Es cierto, no había un mensaje directo a los cegetistas argentinos pero si se lo probaban, el sayo algo les cabía. Casi en simultáneo, la CFT que lidera el bancario Sergio Palazzo junto a las dos CTA y Moyano convocaron a la movilización de mañana. Para colmo del triunvirato y varios de los forman parte del Consejo Directivo, también participan y organizan varias regionales de la CGT.

Esto revolucionó el interior del cuerpo de la central obrera en general y a la cúpula en particular. En ese sentido, durante las dos horas y media que duró el encuentro de ayer de la mesa chica se habló sobre todo de cómo evitar quedar ante la sociedad que Pablo Moyano les ganó la iniciativa y la calle.

Esto es algo que ya lo habían hablado durante sus días de tránsito por las calles de Roma y el triunvirato pondrá toda su energía en intentar “voltear” la reforma previsional. Les gustaría hacer una movilización sobre este punto pero no hay tiempo ya que entre el miércoles y el jueves el Senado puede debatir este proyecto. Para colmo, la marcha de los “rebeldes” Palazzo y Moyano incluye este tópico y en ese sentido la mesa chica decidió adelantar la reunión del Consejo Directivo (CD), que estaba prevista para el jueves, para hoy a las 14 en la sede de la CGT. Esa reunión pretende que Moyano se presente y explique sus motivos por la que no acata las decisiones del CD porque, entienden, que siendo el secretario gremial de la entidad debería alinearse con las decisiones que allí se toman. Hace tiempo que Pablo no participa de estas reuniones y con sus decisiones fractura la base de sustentación del triunviro Juan Carlos Schmid, que forma parte del moyanismo pero su capacidad de influencia desde el puesto que ocupa está siendo prácticamente nula.

Si Pablo no participa de la reunión de hoy los miembros del CD podrían considerar que el camionero fractura la central obrera o pretende hacerlo. El problema, al menos ante la sociedad, es que Moyano hijo no lo estaría haciendo por intereses personales sino porque se opone a las reformas que impulsa el gobierno y que afectan tanto a los trabajadores en actividad como los jubilados. Pero además, ni la CFT ni las regionales de la CGT hablan de irse de la central obrera sino todo lo contrario, acordar un plan de acción, de lucha o programático de la CGT para enfrentar al gobierno macrista.

Cuando la reunión de la mesa chica finalizó lo elegidos para enfrentar a los periodistas fueron Héctor Daer y Schmid. Este último aseguró que la central de trabajadores rechaza de plano reforma previsional. Eso sí, reconoció que “la CGT nunca fue convocada ni consultada” sobre este proyecto. A su turno, Daer se concentró también en criticar esta iniciativa y de manera puntual a la fórmula con la que se pretende calcular movilidad jubilatoria. Luego Schmid insistió en que exigirán “un aumento de emergencia para los jubilados y pensionados” y sobre la reforma labora remarcó que en todo momento la CGT “protegió en un todo el núcleo central de la Ley de Contrato de Trabajo” y que se expresó en las modificaciones al texto original del proyecto enviado por el gobierno.

En cuanto a la movilización de mañana, Daer negó que sea la expresión de una grieta en la CGT y señaló que “lo que ocurre es que existe falta de comunicación clara sobre el alcance que tiene en términos laborales el proyecto de ley oficial”. Luego, el titular del gremio de Sanidad dijo que la marcha sólo es para repudiar la reforma laboral y no la previsional y por eso indicó que “es un error estratégico que genera debilidades”. El problema, al menos para Daer, es que la movilización está convocada para repudiar los tres megaproyectos del gobierno.