El jefe de Gabinete del gobierno nacional, Marcos Peña,  habló de todo hoy en un evento organizado por el diario La Nación denominado “La Nueva Argentina”. Consultado por los desafíos económicos, Peña sostuvo que Cambiemos plantea “un camino gradual de reducción del déficit de un punto por año, más rápido que eso es contraproducente”. Luego calificó como “negativo bajar la inflación de un día para el otro” ya que, según su visión, “eso genera muchas complicaciones y resultados que se contradicen”.

El funcionario macrista evaluó que “la gente votó más un cambio político que económico porque todavía hay mucho debate para entender y asimilar ciertas cuestiones, como estos consensos básicos que estamos proponiendo”, en relación al paquete de reformas que abarcan lo laboral, lo previsional y lo impositivo.

Peña definió el programa de Gobierno como un “camino de gradualismo financiado por el mundo”, con lo cual dejó en evidencia el destino que ha tenido la enorme cantidad de deuda que ha contraído Cambiemos desde que llegó al poder. Sin embargo, consideró que esto “no puede ser permanente” y que por esa razón, se debe encarar un ajuste para “cumplir con la baja del déficit”, aunque no especificó ante quién deberán mostrar ese resultado. “No podemos ser un país que gasta más de lo que genera. Es un problema estructural, que tenemos que asumir toda la dirigencia”, advirtió.

“Luego de dos años, estamos en un mejor punto de partida, que es haber evitado el gran trauma de una crisis económica. Es la primera vez que la Argentina sale de un populismo económico sin trauma. Esto es clave para lograr la transformación cultural”, señaló.

Peña consideró que “no estamos ante un presidente ideológico que intenta imponer su verdad, estamos frente a un presidente pragmático que viene a resolver problemas, una agenda de problemas. Obviamente tiene una visión y un liderazgo”. “Estamos en una segunda etapa de Gobierno en la que tenemos más posibilidades, luego de una etapa de cierta inestabilidad y transición”, añadió.

Para el jefe de Gabinete “estamos en un país desigual, en el que hay gente a la que va muy bien y gente a la que le va muy mal”. “No es cierto que la Argentina es un país pobre, en el que a todos les va mal. A aquellos que les va bien, tienen que tener una actitud más clara y pensar cómo hacemos para que le vaya bien al conjunto”, agregó.

En el plano político, dijo que Cambiemos “no es anti nada, mucho menos anti peronista” y que hay una “lectura errónea” en aquellos que aseguran que han elegido al kirchnerismo para polarizar las elecciones. “Polarizamos con los problemas y el pasado, no con una persona”, en referencia a la ex presidenta de la Nación, Cristina Kirchner.

Sobre el conflicto con la comunidad mapuche, Peña no se corrió del libreto repetido en los últimos días por los funcionarios nacionales, luego de la muerte del joven Rafael Nahuel en Villa Mascardi. “La hipocresía y el cinismo de la dirigencia política con las fuerzas de seguridad y muchas veces con las fuerzas armadas generó una distorsión enorme”, indicó.

El jefe de Gabinete señaló que la muerte del joven mapuche se produjo en el “marco de un operativo judicial llevado a cabo por un grupo de híper elite, como son los Albatros, muy entrenados” y advirtió que “ya presuponer o igualar eso con los casos de gatillo fácil, creo que es un error”. “Las fuerzas de seguridad son personas que tienen familias y se les tiene que pedir, cuando se les ha pagado mal, se los ha capacitado mal, no se los ha respaldado, que vayan a pelearse con el narcotráfico en la frontera, en la selva, que vayan a pelearse con la delincuencia. ¿Cuál es el incentivo? ¿Qué mensaje le estamos dando cuando se les dice “vos hiciste esto, no confío en vos”?”, se preguntó. “Es muy difícil que pensemos que esto va a funcionar de esta manera. Decir que hay licencia para matar es un delirio”, consideró.