Tiraría a la hoguera a mi enemigo, mi depredador vitalicio muchas veces no reconocido o negado, pero siempre al acecho, agazapado y a la espera, al miedo tiraría con gran gusto a la hoguera. Fue alimentado desde el principio, durante los años de la infancia que deberían haber sido mucho más libres y felices, gozó de rutilante protagonismo en los setenta, justo los años de  formación profesional y de inicios de una carrera que necesitaba imperiosamente que no estuviera tan presente, tan angustiante y molesto, si bien con el correr de los años pudo ser relativamente domesticado, ahora desde hace unos cuantos meses volvió a hacer su entrada triunfal a proscenio y pareciera con intenciones de opacarlo todo, de invadir y de inmovilizarlo todo. A esta altura de la vida ya ni debería dejar que me amenace, pero su potencia es devastadora, por eso la mejor solución es mandarlo a la hoguera.

*Actriz, actualmente integra el elenco de La semilla, obra que se presenta los sábados a las 20 en Abasto Social Club (Yatay 666. CABA).