1. Prescinde de un diagnóstico integral de la situación educativa actual, sus principales falencias, tensiones y capacidades.

2. Sobrevalora la función de la tecnología digital en la educación.

3. Desdibuja los roles de docentes y estudiantes.

4. Concibe la enseñanza de modo que limita el abordaje de las complejidades del conocimiento y su construcción en la escuela.

5. No contempla los perjuicios del sobreuso de la tecnología digital para el desarrollo saludable e integral de los estudiantes.

6. Prescinde del carácter corporizado, situado y diverso del aprendizaje y la enseñanza.

7. Banaliza y confunde al formular los campos y orígenes de los conocimientos.

8. Carece de perspectiva histórica y promueve una visión de progreso acrítica.

9. Formula una propuesta educativa respondiendo a criterios propios de la mercadotecnia.

10. Elige productos de marcas definidas sobre los que se asientan la propuesta y las guías didácticas.