Es literal: están saliendo de caza. No hay otra figura mejor para graficar lo que sucede, por más que ya se haya transformado en obvia.

De ahí para abajo empiezan a acabarse los adjetivos. Una decisión política, la del memo de entendimiento con Irán, avalada por el Congreso de la Nación. Desestimada en sede judicial dos veces. Y en primera instancia por el magistrado al que también salieron a cazar y que hoy, justamente hoy, debe presentarse ante el Consejo de la Magistratura bajo acusación de haber desestimado el mamarrachesco dictamen de Nisman sobre el que ancla ahora una persecución en masa. Como todo esto puede ser novedad sólo para los inadvertidos, lo cual no significa dejar de escandalizarse, cabe por empezar una pregunta siendo que desde esta madrugada se cruzaron (casi, tratándose un Gobierno como este) todos los límites. ¿Cuál será la reacción de eso que se llama la “clase política”? Gobernadores, senadores, diputados, todos ellos de la oposición “sensata”, “anti K”, y que esta semana fueron título por las roscas de armado de bloques y negociación con el macrismo, ¿qué tendrán para decir? ¿Se tomarán el fin de semana largo, agotados por tanta transa? ¿O habrá varios que conserven todavía alguna capacidad de reacción, que para el caso es lo mismo que decir de dignidad? ¿El senador Pichetto, la flamante estrella del firmamento macrista, se anima a escuchar su intervención a favor del memo con Irán?

Porque, como incluso ya advirtieron algunos voceros del propio oficialismo inquietos por el sostén jurídico de la escalada, el Gobierno y su decisivo brazo tribunalicio están quemando todos los libros del derecho. Todos. Nadie con sensatez puede desentenderse de que esto es puramente venganza. Jamás se vivió una cosa así desde el recupero democrático. Tiene ingredientes como el circo mediático, o la desviación de agenda en un momento que no parecía favorable a Casa Rosada entre los aumentos de tarifas, el manejo de la tragedia del submarino, las advertencias extendidas sobre el hachazo a los fondos de los jubilados. Pero el nodo es la venganza.

También, claro, hay la pregunta de la reacción social. La que haya será sectorial, pero al menos debe haber eso porque si la ecuación fuera que de todos modos seguirán avanzando no hay más nada que decir.