"Del ridículo es del único lugar que no se vuelve"

D.F. Sarmiento

 

De ese 23 de noviembre, uno no se olvida más. Pero, aunque ese partido no haya sido el más importante que me tocó disfrutar como hincha de Central, no cabe duda que, tal vez, haya sido el que más me divirtió.

Y, lo que es peor es que en ese momento en la cancha yo estaba como disgustado. Ofendido por la suspensión. Porque quería la docena de goles, que seguramente los íbamos a conseguir en pocos minutos más.

Fue cuando escuché una reflexión muy sabia, casi profética, de parte de Nenín Risaletto (amigo, ex jugador de la época de Griguol y vecino de platea): "No te sientas mal Colo, esto es abandonar. Si le hacemos 12 por ahí te pueden hacer 13 en otro partido. En cambio esto de abandonar,  nunca en la vida lo podrán superar. Ya vas a ver...".

Pasaron años, hubo resultados diversos (la estadística sigue a nuestro favor) pero ese partido de 1997 marcó el fin de los enfrentamientos clásicos. Ahora solo son partidos lugareños. Y aunque siempre uno quiere salir contento de Arroyito, nunca más será lo mismo. Ese 4 a 0 no se olvida más.

Para el folklore futbolístico de la ciudad, la prenda insigne de este partido es el saco que el técnico Miguel Russo revoleó al final. En tal sentido, la Organización Canalla para América Latina (OCAL) ha hecho esfuerzos inimaginables para conseguir esa prenda. Algunos, incluso, rozando lo delictivo.

Todos han sido infructuosos. Sabemos que Miguel lo conserva aún. Está en su ánimo darle un destino distinto al de las vitrinas del Museo de la OCAL. Tal vez un poco más noble que reposar junto al "apéndice" del jugador De Rienzo. En su momento quería rematarlo y donar los fondos para alguna entidad benéfica. Sería una linda excusa para juntarnos los canayas a revivir ese momento y mostrar también la faceta de solidaridad que tantas veces la ha exteriorizado el pueblo centralista. Teléfono Miguel.