“Mi dignidad no es el largo de mi pollera”, es la frase tipeada sobre la imagen de unas bellas piernas en minifaldas. Al lado, la foto de un solero blanco sobre el que alguien bordó con delicadeza “tu cuerpo no es un campo de batalla”. Más allá, puntadas femeninas; radiografías que muestran secuelas de golpes; trazos escritos a mano; dibujos artesanales o con técnicas sofisticadas, collages con recortes de diarios; retratos, perfiles; rojos, negros, amarillos, naranjas. El único denominador común es el tamaño de las postales, diez por quince. La Muestra Internacional de Arte Correo contra la violencia hacia mujeres y niñas se inauguró para conmemorar el 25 de noviembre Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer y se extiende hasta el 15 de diciembre. 

¿El lugar? Todo un símbolo. El hall del Consejo de la Magistratura de la Ciudad de Buenos Aires. Un mensaje hacia adentro y afuera de la justicia de la Ciudad.

“Quisimos visibilizar el tema en un lugar de la justicia, pero también en un lugar de acceso público. Nos pareció interesante dar ese mensaje”, dijo Ana Casal, secretaria de Asuntos Institucionales del Consejo. La exhibición puede visitarse de lunes a viernes de 10 a 18 horas, en Avenida Presidente Julio A. Roca 530. 

En la inauguración, Diana Maffía, presidenta del Observatorio de Género del Consejo de la Magistratura, destacó la importancia de “unir el arte con nuestro lenguaje, como es el de la justicia, tan desprovisto de emocionalidad, del que se espera que sea objetivo y neutral. Esta muestra es todo lo contrario, es una irrupción de subjetividad, de colores, de diversidad y también es un lenguaje diferente en el que se expresan no solo las formas de la violencia sino también la resistencia a ellas”.

En la muestra se exhiben más de 400 postales –de diferentes ciudades de Argentina, Brasil, Chile, Ecuador, El Salvador, Estados Unidos, México, Uruguay, Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Inglaterra, Italia, Portugal, Turquía y Japón–, resultado de una convocatoria que fue auspiciada por el Posgrado en Lenguajes Artísticos Combinados de la Universidad Nacional de las Artes (UNA).

Se trata de una convocatoria contra la violencia y por los derechos. “Era una ligazón que queríamos poner en evidencia. Que cuando hablás de violencia contra las mujeres estás hablando de una violación a los derechos humanos y no de una determinada mujer o un determinado hombre o una relación de pareja en particular”, comentó Casal. 

Esta muestra se presentó en el marco del lanzamiento del Plan Senda –de Justicia y Mujeres en Situación de Violencia–, aprobado por el Consejo en septiembre. Entre otras cuestiones, este plan prevé la implementación de un servicio de asistencia jurídica y patrocinio a mujeres en situación de violencia en el ámbito de la justicia de la Ciudad de Buenos Aires a partir de marzo próximo. 

En diálogo con PáginaI12, Ana Casal, a cargo del plan, explicó su alcance.

–En la ciudad hay muchas oficinas que asesoran o dan patrocinios y es difícil saber qué hace cada una...

–En nuestra jurisdicción no hay casi (patrocinios).

–¿Qué delitos corresponden a la ciudad?

–En relación a la violencia de género de los únicos delitos que se ocupan son el de Amenazas (delito) y el Hostigamiento (contravención).

En los casos de violencia doméstica, si uno ve un violentómetro, la amenaza está entre las cosas más graves porque no sabemos la distancia de la amenaza al hecho y no podemos predecirlo. Entonces, esto de pensar que la amenaza es un delito menos grave, como a veces se piensa, tiene un gran riesgo. En la Justicia de la ciudad como tenemos doce fiscalías especializadas en género desde este año, antes teníamos dos, las amenazas son tomadas como un delito serio, que hay que investigar. Muchas veces es muy difícil de investigar porque ocurre puertas adentro del hogar y no hay testigos, pero sí seguramente va a haber testigos del contexto de violencia. Esa es una transformación beneficiosa en la Justicia de la ciudad. La fiscalía toma denuncias de cualquier tipo pero luego se transfieren a nación los que no son de acá. Acá, en la ciudad, hay cinco denuncias cada dos horas de Amenazas u Hostigamiento. También hay otros casos que no son de violencia pero están todos en un contexto de violencia, por eso se crearon las doce fiscalías especializadas, porque había cosas que no parecían y sí lo eran...

–Según la escucha...

–Claro, depende de la perspectiva de género del operador.

Según el “Noveno Informe de Conflictividad” del Ministerio Público Fiscal de la Ciudad, en 2016, hubo 4815 casos con indicadores de violencia de género en lo Penal en la ciudad. En lo Contravencional, hubo 1935 casos. En total, hubo 6750. Las figuras más frecuentes en contexto de violencia doméstica en 2016, según el mismo documento fueron: Amenazas 3960 casos, Hostigamiento 2181, Incumplimiento de los deberes de asistencia familiar 370, Daños 530, Violación de domicilio 62, Tenencia de arma de fuego 74, entre otros.

“Son casos conexos, la tenencia de armas o la violación de domicilio, por ejemplo, están en relación con la violencia doméstica”, explicó Casal.

Entre otras cuestiones el Plan se propone para el año próximo hacer un trabajo de observación de audiencias judiciales para ver los patrones de discriminación de género que se reproducen en la Justicia y pensar nuevos abordajes. “Lo que vemos es que reproducen patrones que hacen que la mujer en la situación de tener que declarar frente a la justicia no se sienta segura. La mujer está sola. El agresor está junto al defensor, asesorado. El fiscal está tratando de llevar adelante el caso. Y el defensor probablemente se ponga agresivo, incisivo. Ella necesita un abogado que esté defendiendo sus propios intereses”.

“Basta de algo habrá hecho”, recuerda una de las postales. Y otra advierte: “Lo que no le contás a nadie siempre termina mal.”