Decenas de miles de manifestantes salieron de nuevo a la calle ayer, por cuarto día consecutivo, en Medio Oriente y en otras partes del mundo, para protestar contra la polémica decisión del presidente estadounidense, Donald Trump, de reconocer Jerusalén como capital de Israel.

En el cuarto día de enfrentamientos y protestas en los Territorios Palestinos, donde ya murieron cuatro palestinos, y de manifestaciones en varios países, el papa Francisco volvió a llamar a la “sensatez” y la “prudencia de todos” para “evitar una nueva espiral de violencia”.

Prueba de la exacerbación de las tensiones, un palestino apuñaló e hirió de gravedad a un agente de seguridad israelí en Jerusalén, según la policía, que trató el ataque de “terrorista”. El palestino fue detenido.

Varias protestas tuvieron lugar en el acceso a la ciudad de Belén, en Cisjordania ocupada, donde se produjeron enfrentamientos con soldados israelíes. Además hubo altercados en el campo de refugiados de Arrub, también en Cisjordania, donde un palestino resultó herido por balas de goma, según fuentes palestinas.

En el Líbano, las fuerzas de seguridad usaron gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar una inusual manifestación cerca de la embajada de Estados Unidos, en el norte de Beirut. Hoy está prevista una marcha en las afueras de Beirut, convocada por el poderoso movimiento Hezbolá, que suele movilizar a mucha gente.

Una manifestación masiva tuvo lugar de nuevo en Estambul, donde la semana próxima se celebrará una cumbre de la Organización de Cooperación Islámica (OCI) a fin de coordinar la acción de los países musulmanes tras el anuncio de Trump.

En El Cairo, cientos de personas se manifestaron en la universidad de Al Azhar y otros centros universitarios, mientras que en la capital marroquí, Rabat, decenas de miles de manifestantes salieron a la calle proclamando “Jerusalén, capital de Palestina”.

También en Afganistán, en Jalalabad, cientos de personas protestaron, quemando una imagen de Trump al grito de “muerte a Estados Unidos, a Trump y a Israel”. En Yakarta, unos 5.000 indonesios se congregaron delante de la embajada de Estados Unidos.

Este sábado, el Fatah del presidente palestino Mahmud Abbas pidió a los palestinos “continuar la confrontación y aumentarla”.

Desde el jueves, cuatro palestinos murieron en la Franja de Gaza, dos en enfrentamientos con soldados y dos miembros del Hamas en ataques aéreos israelíes en respuesta a disparos de cohetes lanzados desde el enclave palestino.

Un alto responsable militar israelí, el general Yoav Mordechai, advirtió que si seguían los disparos desde Gaza, Israel tendría que responder de una forma “dolorosa”.

Ayer, el ejército israelí anunció haber destruido un túnel excavado por el movimiento islamista Hamas entre Gaza y el territorio israelí. Este tipo de túneles se usan, según el ejército, para “actividades terroristas”.

Como protesta contra la decisión de Donald Trump, Abbas decidió no reunirse próximamente con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, durante su gira a Israel, Cisjordania y Egipto, prevista para mediados de diciembre, según su consejero. “Es desafortunado que la Autoridad Palestina se esté alejando de nuevo de la oportunidad de discutir sobre el futuro de la región”, dijo el subjefe de gabinete de Pence, Jarrod Agen, en respuesta a la decisión. El gran imán de Al Azhar, influyente institución del islam con sede en El Cairo, y el papa de los coptos de Egipto, Teodoro II, también rehusaron entrevistarse con Pence.