La bronca y desazón invadió ayer a las familias de David Campos y Emanuel Medina -asesinados el 23 de junio por policías luego de una persecución- ante la probable excarcelación de casi todos los imputados, debido a que el fiscal les anticipó que no tiene argumentos para insistir con que los 16 uniformados continúen en prisión preventiva.

El juez Hernán Postma presidió ayer una audiencia con los policías imputados que solicitaron aguardar el juicio en libertad. Y con el pretexto de que no estaban dadas las condiciones de seguridad dentro de la sala, el magistrado impidió a los deudos de las víctimas que presenciaran la audiencia. "No quería dejar pasar a nadie, pero insistimos y dejaron entrar a nuestros padres", explicó Germán Campos, hermano de David.

La audiencia quedó en cuarto intermedio hasta hoy, cuando Postma finalmente definirá el planteo de las defensas. Los querellantes criticaron al fiscal Adrián Spelta por no insistir con la prisión preventiva de los imputados. Ellos temen que solo queden bajo arresto los policías Alejandro Bustos y Leonel Mendoza, considerados como autores materiales de los homicidios, y que el resto -acusados de encubrimiento agravado- recupere la libertad.

Campos y Medina murieron dentro de un auto, en Arijón y Callao, fusilados por un enjambre de policías que los persiguió desde barrio Saladillo. Su pecado fue haber eludido un control. Estaban desarmados a pesar de que sus perseguidores les plantaron un revólver a cada uno.