La importación de carne se multiplicó  por veinte, si se compara el primer cuatrimestre del año con idéntico período de 2024. La novedad, que tiene su origen en el decreto 35/2025 de enero y lleva la firma del ministro Federico Sturzenegger, no impidió que la carne aumentara más de 60 por ciento en esos meses, a la vez que ya generó suspensiones y despidos en los frigoríficos bonaerenses.

"En enero de 2025, el gobierno nacional firmó el Decreto 35/2025, mediante el cual se introdujeron modificaciones al Código Alimentario Argentino (CAA). Esta medida se enmarca en una estrategia más amplia de desregulación impulsada por la actual gestión, cuyo objetivo explícito es desmantelar buena parte del entramado normativo construido por el Estado en materia de control y protección del consumo", explica en su introducción el trabajo del Centro de Estudios de Soberanía Política Mariano Moreno (Cesopmm).

Se refiere a las denominadas "barreras no arancelarias", es decir, requisitos técnicos que se deben cumplir para acceder determinado mercado. En tiempos de proteccionismo creciente, los gobiernos suelen valerse de este tipo de mecanismos y fortalecerlos, para proteger sus industrias y empleos. La administración libertaria va exactamente en sentido inverso. 

Entre los principales cambios, se destaca la eximición de cumplir con ciertos trámites establecidos por el CAA para alimentos y envases importados desde países que cuenten con lo que el decreto define como “altos estándares sanitarios. El informe destaca que también se habilitó el ingreso de productos regulados bajo el Codex Alimentarius, elaborado por la FAO y la OMS. En estos casos, bastará con la presentación de una declaración jurada por parte del importador, "prescindiendo de verificaciones técnicas locales previas a la comercialización".

Varios frigoríficos nacionales, la mayoría de ellos afincados en suelo bonaerense, vienen restringiendo sus operaciones. La medida no sólo no mejoró los precios al consumidor, sino que tampoco impidió que se prolongara la caída en las ventas. Según la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes y Derivados (Ciccra), el registro más reciente es de marzo y muestra una nueva baja, la decimosexta consecutiva, de 2,7 puntos respecto de febrero. 

Obviamente, la novedad impacta también en el mundo del trabajo. Ya se registraron más de noventa despidos en el frigorífico Devesa de Azul, que opera bajo el nombre de fantasía "Azul Natural Beef". Por su parte, el Frigorífico Regional Las Heras, ubicado en la localidad homónima, a la vera de la ruta provincial 40, registra demoras e incumplimientos salariales desde comienzos de año. 

Otro gigante del sector, el frigorífico Gorina, sufrió un grave incendio hace tres meses, aún no retomó la actividad con normalidad y comenzaron los despidos entre sus mil trabajadores. Fuentes del sector opinan que, en el contexto actual, de dólar barato que dificulta la exportación y mercado local deprimido y abierto, no hay ningún incentivo para volver a poner la planta en condiciones. En este contexto, la prioridad del sindicato es reubicar a los despedidos en otras empresas, aunque reconocen que el contexto no es sencillo.

Pero el panorama no se limita exclusivamente a la carne, sino que se repite en otros artículos, algunas verduras y hortalizas como limón, papa y zanahoria, procesados como el tomate en lata o la yerba mate y lácteos como el queso fresco o la manteca.

Las importaciones de yerba aumentaron de 70 mil kilogramos a casi 500 mil, pero aún así el precio final subió casi nueve puntos en unos pocos meses. A raíz de esta nueva competencia de Uruguay y Paraguay, los secaderos modificaron unilateralmente el precio y las condiciones de pago, trasladando el quebranto a los productores. La importación de tomate encasado pasó en el mismo período de 2,8 millones de kilogramos a 19, es decir, se sextuplicó. La consecuencia es que, tanto en Cuyo como en el Gran La Plata, los productores descartan buena parte de la cosecha.

El informe señala que el actual esquema económico ha coincidido con un aumento de los conflictos gremiales por despidos en diversos sectores vinculados a la producción de alimentos. "En distintas regiones del país, agricultores, horticultores y tareferos expresan con claridad las crecientes dificultades para sostener la producción bajo este modelo. En sus testimonios se repiten dos factores centrales: por un lado, el encarecimiento de los insumos y materias primas, que obstaculiza tanto la producción como la comercialización; por otro, la pérdida acelerada del poder adquisitivo, que impacta directamente en su calidad de vida", concluye.

"La experiencia demuestra que, en ciclos de dólar barato como el actual, la importación de productos de consumo no baja el precio final sino que aumenta el margen de ganancia de la cadena de comercialización", declaró recientemente un empresario del calzado, donde se replica exactamente el mismo modelo.

Mariano Moreno

El Centro de Estudios de Soberanía Popular Mariano Moreno, un equipo de investigación y trabajo surgido del Movimiento Popular La Dignidad, que conduce Rafael Klejzer.

La consultora nació por la necesidad de esa organización política, con fuerte trabajo territorial en todo el conurbano, de contar con datos propios sobre la evolución del precio de los alimentos desde diciembre pasado, cuando la devaluación del 118 por ciento lo convirtió en el tema excluyente de los sectores populares y parte de la clase media.

Entre otras mediciones, el Centro de Estudios de Soberanía Popular Mariano Moreno viene dando cuenta desde hace algún tiempo, tanto del desfasaje entre lo que anuncia el IPC y la evolución real, como lo que ocurre en el conurbano y en el AMBA en general, respecto de otras regiones del país.