Cada tres segundos, alguien en el mundo recibe una transfusión de sangre. La cifra impacta y deja claro que donar es mucho más que un gesto solidario: es una urgencia cotidiana. En el marco del Día Mundial del Donante de Sangre, la Universidad de Buenos Aires (UBA) organiza dos jornadas de colecta y concientización en sus dependencias, apelando a la participación de la comunidad.

La sangre no se fabrica ni se compra. Se necesita a diario y depende exclusivamente de la voluntad de las personas. Lo sabe bien la Dra. Carla Cicero, médica del Departamento de Hemoterapia del Hospital de Clínicas, quien subraya: “La sangre se requiere permanentemente, y debe estar disponible en el momento preciso”. 

Por eso, el Clínicas abrió sus puertas este miércoles 11 y lo hará nuevamente este jueves 12 de junio de 8 a 12.30 (Paraguay 2251, CABA) para recibir a donantes voluntarios. La campaña continuará el 18 de junio de 9 a 12.30 en la Facultad de Ciencias Económicas (Av. Córdoba 2122).

El procedimiento es rápido, seguro y anónimo. Antes de la extracción se realiza un control de signos vitales y una entrevista confidencial. Y no, donar sangre no engorda, no adelgaza ni duele. Eso sí: conviene desayunar liviano y evitar grasas el día anterior.

Lo que pocos saben es que donar sangre también puede salvar la propia vida. “La entrevista médica permite detectar factores de riesgo o síntomas que muchas veces pasan desapercibidos”, explica Cicero. Además de asistir a las colectas, cualquier persona puede colaborar difundiendo o acompañando a alguien que sí pueda donar.

Hoy son pacientes oncológicos, personas accidentadas, parturientas con hemorragias o niños con anemias graves. Mañana, podría ser cualquiera de nosotros. Porque la sangre no espera. Y porque donar es, al fin y al cabo, una manera de cuidarnos entre todos.

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