El año 2024 ha sido hasta ahora el más importante en la carrera de la banda local Club 20. Además de seguir creciendo en convocatoria, pudieron tocar en Tucumán, Santiago del Estero, Córdoba, Jujuy y Buenos Aires. También agregaron un nuevo sencillo a su discografía, Dale dale, el cual también vino acompañado de un video de gran factura.
En sintonía, 2025 viene siendo un año en el que la banda sigue componiendo, y lanzando hace poco una nueva canción: El auge. En ese marco, vuelven a reencontrarse con el público local, después de casi seis meses sin verse las caras.
Salta/12 dialogó con PiruMancia y Maxi Montañez, miembros de la banda junto a Pablo Garzón, en la previa del recital, sobre la fecha que viene y sobre el presente de la banda.
—A lo largo de la carrera, la banda fue tocando en diferentes lugares, y los últimos cinco recitales tuvieron cierta masividad, al menos para lo que es la escena salteña, “inaugurando” dos boliches (Jekyll y La Rosa), que luego también empezaron a ser usados por bandas locales, ¿cómo se dio y cómo se vive eso?
Piru: —Por un lado es lindo saber que sin darnos cuenta pudimos allanar el camino para otra gente que por ahí no se animó, o no tuvo la posibilidad de tocar ciertas puertas. De nuestra parte, se dio por una necesidad de ir buscando lugares un poquito más grandes, para que podamos tocar más cómodos, y con una mejor técnica. Y fueron pasando los partidos, y de alguna manera eso fue creciendo y fuimos cambiando de lugares, ya no pensando en abrir puertas nuevas, sino más bien en no repetirnos nosotros mismos, y así sin darnos cuenta llegamos a un lugar como La Roka, que creo que para todos como músicos y como banda es un sueño estar ahí.
—Después de la pandemia, se puso difícil para las producciones artísticas, y ni qué hablar con el gobierno de Milei. Sin embargo, el Club 20 va a contracorriente y creció un montón, apelando a la mística, y más allá del nombre de la banda, de ser parte de un club ¿qué les pasa con eso, en tiempos difíciles como en los que estamos, en los que quizá la banda puede ser un alivio para la gente?
—En eso de haber sobrevivido a la pandemia y al contexto económico general, sobre todo para con un proyecto como el que nosotros queremos sostener, fue importante pensarnos como un club, y entender que no estábamos solos. Y que más allá de la música hay otros aspectos que van más allá de lo musical, de lo técnico, en lo cual sentimos el apoyo, y sentimos que había gente que se estaba sumando y que estaba aportando un montón, y esa visión, extendiéndola hacia afuera da como cierta sensación de alivio, de sentirse parte de algo. Tanto para nosotros, los músicos, los jugadores del Club, como para la gente que nos va a ver, el alivio está en sentirse parte de algo más grande que el club y que la banda o la música, y pertenecer a una idea, un grito, una forma de ver la vida… el alivio de “pasa esto”, pero está el Club. Yo creo que de distintos lugares a todos nos pasa, hay algo más grande que nos une a todos.
—Ya han pasado casi seis meses de la última fecha en vivo, ¿en qué anda la banda, más allá de la producción de este recital?
Maxi: —En este momento nos encontramos en la producción de nuestro segundo álbum, aún en etapa de experimentación y búsqueda. Queremos incluir ingredientes de la música del mundo, de distintas culturas, como la árabe, la africana y obviamente, seguir explorando la música latina con la que nos sentimos muy cómodos. La etapa en la que estamos es muy lúdica, muy abierta. Nos gusta perder el control un poco, dejar que los sonidos nos sorprendan y nos lleven a lugares nuevos. Este disco está naciendo así: como una mezcla de emoción y deseo de conexión con algo más grande. La idea de transformación y deconstrucción de géneros y estilos es el núcleo del proyecto.
—¿Y cómo es la cocina del segundo disco? ¿Siguen laburando de manera autogestiva?
—En cuanto al trabajo de estudio, seguimos haciéndolo en casa. La mayoría del tiempo nuestro laboratorio es una compu, una placa de audio y dos monitores. Las voces o instrumentos acústicos los grabamos en el estudio Rocko, de Marcelo Benjamín. Ahí ya hacemos tomas un poco más cuidadas, con ayuda de equipo analógico real. Y en cuanto al proceso de producción, muchas veces los temas parten de melodías cortas, de texturas o samples encontrados: fragmentos de YouTube, grabaciones de ambientes, voces antiguas. No nos hacemos tanto lío con la calidad del audio sino más con la expresión de lo que suena. Nos copa mucho ellow-fi y el sonido casero. También podemos hacer algo más hi-fi pero creo que ante tanta oferta musical hoy en día, encontrar la particularidad es complicado y más aún el pop moderno, donde todo suena muy limpio. Creo que ahí está un poco el valor de apropiarse de un sonido más artesanal por así decirlo, las limitaciones te dan más libertades creativas. En cuanto al álbum estamos experimentando con contrastes, de un lado distorsiones, atmósferas cargadas y saturadas y por otro el silencio, dos o tres canales sonando al mismo tiempo, más minimalista. Si bien hay mucho formato canción tratamos de crear los temas en forma de collage.
Club 20 se presentará en La Roka (Avenida Paraguay 202) el próximo jueves 19 a la medianoche. Las entradas est+an en venta por Central Ticket.