El domingo fue la apertura de la 11ª edición de Espacio Queer, el Festival de Cine sobre Diversidad Sexual y Género de la ciudad de La Plata. El evento tuvo lugar en la sala Piazzolla del Teatro Argentino, y la película encargada de dar comienzo al Festival fue “Álbum de familia”, el primer documental de Laura Casabé. El film sigue la historia de la legendaria activista Claudia Pía Baudracco, cariñosamente nombrada como “La Gorda”, la fundadora de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina. El documental trabaja con archivo inédito sobre la activista, y permite conocer de cerca la lucha colectiva por conseguir la Ley de Identidad de Género y los derechos de las personas trans.
Después de la proyección hubo un conversatorio a sala llena con parte del equipo que realizó la película, integrado por amistades de Baudracco, que además fundaron en su honor una biblioteca que lleva su nombre. En la sala se sentía la emoción. La gente expresó su agradecimiento y cariño hacia “La Gorda” por el trabajo por el que entregó la vida.
La risa parece ser un condimento importante. “Qué hicieron con las bombachas de Claudia”, preguntó alguien del público haciendo alusión al inicio del documental (en donde se menciona que no se sabe qué hacer con ellas), desatando una catarata de risas. “Ustedes me enseñaron a hablar de las cosas más difíciles con una sonrisa, me enseñaron del humor”, les dice en el documental quien fue su abogada a las chicas trans. “Más allá del enfoque político y de reflexión que siempre trabajamos desde el Festival, también cuidamos mucho el espacio del goce, del placer, de la fiesta. Eso también es importante para nosotres, el costado lúdico es tan esencial como el resto”, explica Antonio Zucherino, una de las personas encargadas de la programación del Festival, en diálogo con Buenos Aires/12.
Espacio Queer nació en el 2009 como un espacio de cine debate que sucedía en la Estación Provincial. “La dinámica era elegir una película, invitar a alguien que pudiera comentarla y abrir una conversación sobre diversidad sexual y género. Era un momento donde recién se empezaban a discutir leyes como la del matrimonio igualitario, y había muy pocos espacios culturales que trabajaran específicamente estas temáticas”, dice Zucherino. En 2014 decidieron, con el apoyo del INCAA, armar un festival de cine con todas las letras. “La propuesta era abrir una convocatoria para que nos llegaran películas y materiales, no solamente programar nosotres. Esa mirada más democrática, más horizontal, fue clave para dar el salto”, explica.
Zucherino se alegra cuando llega la pregunta sobre cómo se fue transformando el festival a lo largo de estas once ediciones. “Me gusta la palabra ‘transformación". Creo que tiene que ver mucho con nuestra impronta. Todos los años hacemos propuestas diferentes. Si bien la diversidad sexual y de género es una temática transversal, tratamos de pensar conceptualmente cada edición”. Esa capacidad mutable se refleja en la curaduría, en las actividades, en la forma que toma el Festival. “En la segunda edición hicimos un festival de veinticuatro horas ininterrumpidas. En la quinta, un festival con cinco sedes funcionando al mismo tiempo. Vamos adaptándonos a lo que sentimos que está pasando. Cuando había que salir a la calle, salimos”, explica. Si bien esta edición es la más difícil en términos presupuestarios, es al mismo tiempo la más masiva hasta el momento. “Siempre es una búsqueda de estrategias para sobrevivir y resistir”, puntualiza Zucherino.
Desde el festival ponen el ojo en el aspecto estético. Zucherino explica que no es algo que quede “descuidado” detrás de la temática, sino que la intención es que la programación tenga un interés real por el cine y por propuestas estético-narrativas comprometidas. “No nos alcanza con que la temática esté: tiene que estar bien abordada cinematográficamente”, dice. Además, es importante que la programación represente a la comunidad: la de La Plata, la de Argentina, la de Latinoamérica. “Por eso vas a encontrar películas sobre experiencias trans, de varones trans, películas de experiencias gays y lésbicas, este año también sobre intersex. Tratamos de cubrir ese abanico que implica la diversidad”, afirma.
Hay una sección que nació el año pasado y se repite en esta edición, llamada “Bandera” en honor al cine argentino. Fue creada en respuesta al vaciamiento cultural y al hostigamiento constante que sufre el sector. Con “Bandera” cada día del Festival se proyecta una película argentina que mantenga relación con la diversidad sexual y de género. “La intención es visibilizar el valor del cine argentino frente a esta campaña de desprestigio”, explica Zucherino. Al mismo tiempo, funciona como un medidor: “aunque por suerte este año llegaron muchas películas nacionales a la convocatoria, sabemos que probablemente en las próximas ediciones haya menos. Eso tiene que ver directamente con las políticas de desfinanciamiento del INCAA”, dice.
Una particularidad es que la 11ª edición busca homenajear a Kenny Lames, fotógrafo cubano que residía en Argentina y falleció este año. Lames participó de la 9ª edición del Festival con una muestra fotográfica en el museo MACLA. “El público quedó fascinado con esa muestra, Kenny era muy talentoso, y trabajando nos hicimos amigos, el Festival tiene la particularidad feliz de formar comunidad”, recuerda Zucherino. “Por eso decidimos dedicarle esta edición. Porque creemos en esa idea de comunidad de la que Kenny fue parte. En cada edición armamos una pequeña familia, y este homenaje es una forma de que su obra permanezca”, explica.
Una de las actividades más esperadas es la proyección performática de “The Rocky Horror Picture Show”, que finalmente se realizará este año luego de un intento frustrado en 2022. En aquella ocasión, la propuesta formaba parte de una edición que giraba en torno al show y la noche, pero desde el Festival decidieron suspenderla tras el intento de asesinato a Cristina Fernández de Kirchner el día previo a la performance. "Fue una decisión colectiva no hacerla en ese contexto horrible", explica Zucherino. Este año, en coincidencia con el 50º aniversario del estreno de la película, retomaron la iniciativa. “Es una propuesta que teníamos muchas ganas de hacer y que venimos preparando con mucho entusiasmo. Hay intérpretes que ensayan con nosotres; se genera algo muy lindo, una convivencia entre el núcleo organizador y quienes participan desde otras propuestas”, dice. Esta actividad será el viernes a las 21 hs en el auditorio del Centro Cultural Islas Malvinas, y es la única arancelada.
Conviene no olvidar que el Festival funciona además como espacio de encuentro. En palabras de la organización, lo que sucede fuera de la sala es tan importante como lo que ocurre dentro: las charlas después de las proyecciones, los vínculos que se tejen entre artistas y activistas. Este año, la clausura del Festival será con la proyección de “Caigan las rosas blancas”, de Albertina Carri, quien estará presente y conversará con el público después de la proyección. “Eso es muy especial. Va a ser otro de esos momentos clave de esta edición”, adelanta Zucherino.
El Festival inició este domingo y finalizará el 5 de julio. Toda la programación está disponible en la web de Espacio Queer, y (exceptuando la actividad de “The Rocky Horror Picture Show”) la entrada a todas las actividades es gratuita.