El Observatorio Político Electoral de la Facultad de Ciencia Política (UNR) publicó ayer sus conclusiones acerca de la elección general celebrada el domingo, en un informe a partir de la veeduría de 65 locales de votación. Y además de confirmar la dinámica normal de un comicio sin contratiempos ni irregularidades, ya con una estructura afianzada en el sistema de boleta única, el trabajo marcó dentro de la alta deserción del electorado un rasgo preocupante: la población joven es la que mayor indiferencia demostró hacia el mecanismo base de la democracia, el voto.
"Estamos acostumbrados a registrar muchas escenas de voto en familia, con presencia de niños, de jóvenes acompañados por sus padres, incluso de mascotas que esperan junto al box mientras sus dueños emiten el sufragio", describe el documento del OPE. Y contrasta: "Esta elección fue extrañamente más solitaria: el frío parece haber atentado no sólo con la participación ciudadana, sino también afectado el plan de votar acompañado, de llevar a los niños y hacerlos parte del deber cívico como un juego".
El detalle se encuadra dentro de una elección donde el ausentismo fue récord para un comicio general: en la provincia votó en promedio 52% del electorado. Y en Rosario menos aún, 48%.
Los observadores se desplegaron sobre 45 locales de votación en los 6 distritos municipales de Rosario, y en 20 escuelas de diversas localidades como Armstrong, Bigand, Capitán Bermúdez, Firmat, Gessler, Los Cardos, Hughes, Sastre, Villa Constitución, Funes, Casilda, Acebal, Las Parejas, Granadero Baigorria, entre otras.
En resumen, en el trazo general "sorprendió el bajísimo número de jóvenes que fueron a votar. Casi no hubo casos de menores de 18 años que se acercaran a las urnas, aunque el dato más preocupante no es este, ya que no están obligados a votar, sino el de quienes tienen entre 18 y 30 años: una población que brilló por su ausencia", señaló el informe.
El Tribunal Electoral dispone hoy de la posibilidad de corroborar esta lectura del OPE, a partir del repaso del padrón y del registro de infractores. Se podría, entonces, elaborar un perfil promedio de quien no votó. Mientras tanto, quedan estas impresiones: de las mesas observadas para este trabajo, en el 54,5% asistieron a votar "muy pocos" adolescentes de 16 y 17 años; y "ninguno" asistió en el 45,5% de esas mesas.
Vale agregar que, en contraste, se observó "una destacable participación de personas mayores de 70 años, quienes tampoco están obligadas a votar.
"Desde que se implementó el 'voto joven' –contextualiza el dossier–, tanto a nivel nacional como provincial, nos abocamos a observar el comportamiento de quienes votan por primera vez. Observamos quién los acompaña, si están informados sobre los candidatos, si conocen el procedimiento de votación, si asisten motivados, si dan cuenta de aprendizajes escolares o siguen las guías de sus padres. Esta vez, la casi nula participación de menores de 18 años impide generar conclusiones al respecto", marcó.
María Lourdes Lodi, directora del OPE, docente e investigadora de la Facultad de Ciencia Política, vislumbra: "Hay una cuestión generacional a la que no le pesa no ir a votar. Años atrás, en las comisarías había colas de gente que no iba a votar y quería conseguir su certificado, hoy nadie fundamenta su voto. No le preocupa tampoco. La multa cuesta entre 50 y 500 pesos. Quizás porque simbólicamente nadie les hizo sentir que esto es una obligación", señaló consultada por Rosario/12.
Por otra parte, Lodi repara en las fuentes de información y el contexto que nutren al electorado joven. "Nosotros crecimos en una generación donde había sellos partidarios que incidían en su connotación, sea radical, peronista o socialista en Rosario. Hoy si a los jóvenes les preguntamos por partidos políticos, tal vez dicen 'La Libertad Avanza' pero porque está la referencia de Milei como contraparte; y el peronismo ya no es tal pero sí la figura de Cristina. Me parece entonces que cuando esas figuras de liderazgo no están en las boletas como alternativa ya son menos atractivas, porque no los moviliza un sello político. Hoy la política pareciera que no es de partidos sino de coaliciones", analizó.
Por otra parte, incide también en la confusión del electorado en general las idas y vueltas de los actores de la política, sus alianzas; sumado a la lógica comunicacional presente, donde sus mensajes, breves, se ocupan más de asegurar el impacto, lo espectacular, antes que la explicación de un concepto.
La apatía en general que el votante joven demostró en esta cita electoral pone en duda, además, la atracción cultural y política que la ola libertaria pareciera prevalecer en este sector social. Requerida sobre este punto, Lodi distinguió: "Eso lo vi muy firme en la elección de 2023, la movilización juvenil fue notable. Quizás hoy hubiese sido distinto si Milei se hubiese acercado en los últimos días, una hipótesis que me surge ahora nomás. Además, pensar en Aleart como fenómeno que podría haber sido atractivo para los jóvenes, lo cierto es que este no es el grupo etáreo que mira De 12 a 14. Hay un giro en el que los jóvenes se informan. ¿Estos candidatos al Concejo tuvieron alguna estrategia específica para los jóvenes? Ahí hay un interrogante interesante a la hora de pensar por qué hubo tanto ausentismo electoral. Hubo una gran parte de la población que no se sintió atraída por el convite electoral, y que además no se siente en falta por ello", concluyó.