La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre los adultos mayores y un desafío para los sistemas de salud. Actualmente hay en el mundo cerca de 55 millones de personas con esta patología, cifra que superaría los 150 millones en 2050, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
La detección temprana es hoy una de las estrategias principales para contener el preocupante aumento de demencias, porque permite implementar anticipadamente estrategias farmacológicas y otras para retrasar la aparición de los síntomas y amortiguar los costos subjetivos, familiares y sanitaros.
El docente de la Facultad de Psicología de la UNR e investigador del Conicet Pablo Martino desarrolló un test denominado “Cavac” (Cribado auditivo verbal de alteraciones cognitivas) que puede detectar el deterioro cognitivo leve, una condición que afecta sutilmente a la memoria y otras facultades mentales en el adulto. Un porcentaje representativo de personas con este deterioro evolucionan a demencia, un cuadro de mayor severidad que compromete su autonomía, siendo la enfermedad de Alzheimer la forma más frecuente. A partir de ahí, las personas requieren cuidados y en algunos casos institucionalización.
De esta forma el test es una herramienta prometedora para identificar los potenciales casos de demencia. Para construirlo primero se elaboraron los ítems, luego pasaron por un juicio de expertos y después se aplicó a población adulta general, personas con deterioro cognitivo leve y personas con demencia.
Este estudio realizado por Martino y colaboradores en 2024 demostró evidencias preliminares de buena sensibilidad y especificidad para discriminar casos de envejecimiento cognitivo benigno de los de deterioro cognitivo leve. “Durante el estudio de validación se recurrió a la revisión de expertos, se analizó la consistencia interna y se probó la validez convergente, con resultados prometedores”, sostuvo el profesional.
Hacerlo requiere diez minutos, es de fácil aplicación y calificación, no invasivo, compuesto por preguntas y tareas mentales que el evaluado debe resolver, como por ejemplo recordar una lista de palabras, repetir varias series de números y completar oraciones para que estas adquieran sentido. Explora así varias áreas mentales del adulto, en especial la orientación, atención, memoria y funciones ejecutivas. A pesar de estos importantes avances el Psicólogo advierte que el test debe seguir siendo investigado para mejorar el nivel de evidencia de esta herramienta, ya que hasta el momento se efectuó un único estudio de validez con un tamaño de muestra clínica acotado.
Repensar la vejez
La expectativa de vida en Argentina alcanzó los 77,5 años, según la Organización Panamericana de la Salud, una cifra mayor a la media mundial (73,3 años) pero inferior a la de los países de altos ingresos (80,1 años). La reducción sostenida de la mortalidad infantil, la mayor disponibilidad de tratamientos contra enfermedades, la cantidad de personal abocado a la salud y el acceso a la infraestructura médica a partir de una mayor urbanización son factores detrás de esta tendencia compartida a nivel global. Este fenómeno solo fue interrumpido transitoriamente por la pandemia de covid-19.
La extensión de la expectativa de vida lleva a pensar en políticas para ese grupo poblacional que actualmente es más amplio. “Se trata de repensar la vejez, generar nuevos propósitos, nuevas actividades en ese momento que cada vez se extiende más. Es uno de los grandes desafíos para los sistemas de salud en los próximos años”, afirma Martino.
El avance de la edad posibilita el desarrollo de un deterioro cognitivo, considerado un fenómeno multicausal, según explica el investigador. Por un lado puede haber un condicionamiento genético, una predisposición, pero por otro lado está el estilo de vida, la alimentación, la ejercitación física, el nivel de estimulación, las oportunidades educativas, el acceso a la salud. Todo eso condiciona a que una persona pueda tener un envejecimiento cognitivo saludable y digno o no, con la posibilidad de hacer síntomas.
Los pilares para la prevención siguen siendo el estilo de vida y la estimulación cognitiva. Esta comprende el ejercicio metódico de juegos de ingenio como así también la lectura, escritura, participación en talleres de memoria, realización de cursos para adultos, entre otros, todo aquello que represente un desafío y esfuerzo intelectual.
La recomendación general es realizar el test a partir de los 50 años a modo de chequeo y control de rutina. La prueba está pensada, por un lado, para la clínica, para que el psicólogo, neurólogo o psiquiatra que se especializa en población adulta lo pueda hacer en su consultorio o en un hospital y también para campañas de concientización, prevención y detección temprana del deterioro cognitivo a nivel comunitario.
Para el desarrollo del test el Dr. Martino recibió la colaboración de psicólogos y neurólogos argentinos, entre ellos los Doctores Daniel Politis (HIGA-UBA-CONICET), Mauricio Cervigni (UNR-CONICET) y María Marta Esnaola (Sanatorio Mater Dei).
El test, que tiene un uso libre y gratuito para los profesionales puede descargarse junto al artículo de validación online.