El jueves, apenas 24 horas después de que Buenos Aires/12 hiciera pública la situación del comedor San Cayetano, en el barrio Eva Perón del partido de Merlo, que la semana pasada no pudo abrir por carecer de mercadería, el Ministerio de Capital Humano que encabeza Sandra Pettovello liberó los fondos que retenía desde abril pasado.

Se trata de una partida correspondiente al programa Alimentar Comunidad, que comenzó como prueba piloto en 2023 y al que el San Cayetano quedó formalmente integrado poco después.

Alimentar Comunidad transfiere dinero a las organizaciones que cuentan con cierta infraestructura (freezers o cámaras frigoríficas, depósitos en condiciones, computadoras e impresoras) necesaria para comprar ellos mismos los alimentos, almacenarlos y rendir los comprobantes de cada operación a través de un sistema informático.

A fines de marzo, como cada mes, los voluntarios del comedor San Cayetano, que brinda desayuno, almuerzo y merienda a cuatrocientas personas tres veces por semana, completaron la rendición del mes sin recibir ninguna observación ni objeción.

Sin embargo, pasó abril, pasó mayo y pasó completo el mes de junio y sus reclamos no obtenían ninguna explicación verosímil. Hasta que la semana pasada, el padre Paco Olveira, referente de la Fundación Isla Maciel de la que depende formalmente el comedor, hizo pública la situación.

En un texto dirigido a la ministra, titulado "¿Quién roba a quién?", sostuvo que "podríamos darle a nuestra gente un plato sólo de fideos o arroz pero no estamos dispuestos a engañarlos". 

Ocurre que sólo esos alimentos secos, que aún se consiguen por vía de donaciones, quedaban en las reservas del comedor, ya  que los frescos, como frutas, verduras y proteínas como carne o pollo "resultan ya inaccesibles para nosotros", explicó oportunamente la coordinadora del lugar a este medio.

Ahora, la energía de los voluntarios está puesta en la reapertura del comedor y en el reclamo judicial del dinero correspondiente al trimestre en el que el estado nacional se ausentó completamente. "Pudimos seguir gracias a la solidaridad de nuestro pueblo, que es enorme y a los aportes de la provincia y el municipio. Pero hasta acá llegamos", reflexionaron en esa ocasión.

La relación entre las organizaciones comunitarias y el gobierno libertario fue conflictiva desde el minuto uno de la gestión, ya que la prioridad de los funcionarios era quitarles poder a quienes tienen presencia territorial e intentar una relación "directa" con los necesitados.

En febrero del año pasado dijo la polémica frase "al que tenga hambre que venga, que lo voy a atender". La bravuconada terminó mal. Miles acudieron a la nueva sede del ministerio, ubicada en la avenida Carlos Pellegrini, en una de las zonas más acomodadas de la ciudad y se marcharon sin ser atendidos.

Luego, tras conocerse la existencia de alimentos por vencer y vencidos en un depósito de Villa Martelli, la cuestión fue judicializada y, con el patrocinio legal del CELS, tras varias sentencias a favor, los comedores lograron que, muchos meses y protesta más tarde se restituyera el Alimentar Comunidad.

Antes de ser "superministra", Pettovello era una productora de radio y televisión con nula experiencia en la gestión pública. En esos pasillos forjó una amistad con el presidente. Su familia es propietaria de la histórica marca de alfajores Guaymallén. 

Solidaridad

"Nuestro pueblo es muy solidario, especialmente en situaciones críticas como la que estamos viviendo. El problema muchas veces es organizar la logística para que las cosas lleguen", explica Paco.

El comedor recibe donaciones de mercadería, productos de higiene, chapas, colchones en la sede de la Fundación Isla Maciel, de Las Heras 249, Avellaneda, y en el Centro Comunitario Padre Mugica de Merlo. Más información a través de la web www.fundacionislamaciel.org">www.fundacionislamaciel.org