Rusia, Irán y Turquía, los tres garantes del proceso de paz para Siria conocido como Astaná, por su sede, convocaron ayer al gobierno en Damasco y a la oposición armada a un congreso de diálogo nacional los próximos 29 y 30 de enero en el famoso balneario ruso Sochi, una cita sin Estados Unidos. Las conversaciones de Astaná se iniciaron como charlas complementarias del proceso general de paz que viene desarrollándose, lentamente, en Ginebra, Suiza, bajo el paraguas de Naciones Unidas y con el mediador Staffan de Mistura a la cabeza. A diferencia del diálogo de paz en Ginebra, en el que Estados Unidos es uno de los principales garantes internacionales, el proceso en Astaná cristalizó la retirada gradual de Washington de los esfuerzos diplomáticos y el crecimiento de Rusia como protagonista indiscutido de las negociaciones. De Mistura participó ayer de la reunión en Astaná, la capital de Kazajistán, un día después de encontrarse en Moscú y dialogar con el canciller y el ministro de Defensa rusos, Serguei Lavrov (foto) y Serguei Shoigu. Todo parece indicar que Rusia y la ONU están intentando coordinar los dos procesos. Un  punto de tensión es que Rusia es el principal aliado del gobierno sirio en la guerra, por lo que la oposición  exige el paraguas de la ONU para participar en el congreso de Sochi.