Durante el fin de semana del 4 y 5 de octubre, San Nicolás vivió una auténtica fiesta musical con la primera edición de su Festival de Jazz, un encuentro que marcó un antes y un después en la agenda cultural de la ciudad. Con catorce conciertos gratuitos distribuidos en cinco sedes emblemáticas, la propuesta convocó a sesenta y siete músicos y a cientos de espectadores que llegaron desde distintos puntos del país para disfrutar de una programación de excelencia.

La ciudad bonaerense donde Bill Evans dejó su huella en 1979 con un concierto legendario volvió a la carga con espíritu jazzero. El festival, organizado por DESA, principal accionista de EDEN, con el apoyo de la Municipalidad de San Nicolás y declarado de interés municipal, ofreció una grilla diversa y de primer nivel que incluyó nombres como The Bad Plus, Chris Cain & Nasta Super Band, Hugo Fattoruso & Barrio Sur, Javier Malosetti y la Experiencia científico-musical, el Ensamble Bill Evans dirigido por Nico Sorin, Lito Vitale Trío, Mono Fontana y Sergio Verdinelli, Yamile Burich, Mapu, Leo Postolovsky, Hugo Giménez y Francisco Nava, entre otras figuras destacadas.

Las presentaciones se desarrollaron en el Teatro San Nicolás, Villa Rocca, Esquina Menchaca, el Colegio de Abogados y el Auditorio Casa del Acuerdo, espacios que fueron especialmente acondicionados para recibir al público y a las bandas. La respuesta fue inmediata: todas las sedes colmaron su capacidad y las ovaciones de pie dejaron en claro el entusiasmo de los asistentes, que llegaron mayoritariamente desde Rosario, Buenos Aires, Villa Constitución, Pergamino y Venado Tuerto.

“La cantidad de músicos, la gente que respondió con tanto entusiasmo en cada espacio de esta ciudad maravillosa... Estoy muy feliz y agradecido al cierre de este primer Festival de Jazz de San Nicolás”, expresó Sorin, director artístico del encuentro. “El jazz es libertad. La propuesta de cada grupo mostró un gran abanico de las posibilidades del género. Esta pluralidad, que fue el eje conceptual para armar la grilla, fue la clave para darle forma al festival. Esperamos que se repita”, dijo.

Además de los conciertos, el público pudo recorrer la muestra fotográfica de Pablo Astudillo, con retratos de algunos de los músicos participantes, y la exposición de luthería a cargo de Elías Cernadas y Wenceslao Lagar, que sumaron una dimensión artesanal y visual al encuentro.

El festival, que busca fortalecer la identidad local y consolidar el perfil turístico de la ciudad, se propone crecer año a año como un espacio de encuentro entre artistas, público y comunidad. “Este evento es mucho más que un festival: es un compromiso colectivo con la cultura, un espacio de disfrute y de pertenencia para toda la comunidad”, destacaron desde la organización. Si algo dejó en claro esta primera edición, es que el jazz encontró en San Nicolás un nuevo hogar.