Dos ensayistas, una editora y un gestor cultural independiente: cuatro personalidades destacadas de la literatura en Rosario opinan sobre lo que nos dejó el 2017 y lo que nos debemos para el 2018.

Bibliotecas municipales o populares y pequeñas editoriales se presentan en este panorama como actores clave para difundir patrimonio cultural o conectar la Universidad con la cultura de la ciudad, por lo cual es preciso invertir más en ellas. La historia de la literatura regional requiere más investigadores y accesibilidad de archivos. "Conexión Saer" se signa como muestra literaria del año. El periodismo de investigación, el arte y el ensayo dieron obras ineludibles.

 

1. ¿Cuáles fueron los acontecimientos culturales más importantes del año en la ciudad y la región?

2. ¿Que obras publicadas o expuestas este año distinguiría o reconocería?

3. ¿Qué efectos han tenido sobre la cultura los cambios económicos y políticos sucedidos este año?

4. ¿Qué habría que trabajar en gestión y políticas culturales el año próximo y a futuro, inmediato o lejano?

 

Alberto Giordano

Ensayista, investigador, docente (UNR), crítico literario.

Autor de El tiempo de la convalecencia (Iván Rosado, 2017).

1‑ El Programa Año Saer, que incluyó varios eventos: un coloquio internacional, el estreno de una película, la edición de libros y la muestra Conexión Saer (se expone actualmente en la Plataforma Lavarden y es imperdible). Y el Proyecto Interferencias, que se realizó este año en la Biblioteca Popular Alfonsina Storni de Rosario: un taller comunitario de escrituras y lecturas que conectó eficazmente el mundo académico con el de la vida cultural de la ciudad.

2‑ Un cd: El perro buda, de Carlos Casazza; un libro: Pequeño recuento sobre mis faltas, de Cecilia Pavón (Iván Rosado Ediciones); otro libro: La edad de la lectura y otros ensayos, de Juan Ritvo (Nube Negra Ediciones); una muestra: El espejo, de Rodolfo Elizalde (en el Museo Castagnino).

3‑ En lo que conozco más de cerca, la edición y comercialización de libros de editoriales independientes, los efectos de las actuales políticas económicas están siendo dañinos: limitan y desalientan las posibilidades de trabajo.

4‑ Una modesta proposición: que las Secretarías de Cultura de la ciudad y la provincia, y las Secretarías de Extensión de las universidades de Rosario y del Litoral, coordinen esfuerzos para financiar proyectos como el que se realizó este año en la Alfonsina.

 

Osvaldo Aguirre

Escritor, investigador, crítico literario. Autor de estudios preliminares a Secreto intransferible y El poema no es (2017).

1‑ La reactivación de la Editorial Biblioteca, de la Biblioteca Vigil; la persistencia de pequeñas editoriales que son grandes hacedoras de cultura, como Iván Rosado y Baltasara, y de proyectos que revalorizan la tradición local, como la colección que edita Nicolás Manzi en UNR Editora; la designación de Pablo Montini como director del Museo Julio Marc. Y también fue un acontecimiento la gira española de Daniel Feliú con su libro sobre García Lorca en Rosario.

2‑ Destacaría la publicación (por Sudamericana) de Los Monos, historia de la familia que transformó a Rosario en un infierno, de Hernán Lascano y Germán de los Santos, por varias razones: es un libro que narra una historia de Rosario no solo con excelencia en términos de escritura sino también con interpretaciones y datos que iluminan el fenómeno y muestran, entre otras cosas, cómo el delito está íntimamente tramado en la vida de la ciudad y cuáles son los precios que se pagan cuando la política retrocede ante la policía. También me parece especialmente destacable la edición de El poema no es, de Rubén Sevlever (por la Editorial Biblioteca Vigil), porque reúne la obra de un gran poeta de Rosario, un poeta de muy bajo perfil que merece difusión y lectura, y las de Buscando a Buda y la realidad de los pájaros, de Delfo Locatelli, y Secreto intransferible, la etapa menos conocida en la obra de Francisco Gandolfo (ambos por Iván Rosado).

3‑ En el campo editorial los cambios ya fueron señalados: la caída de las ventas y la reducción o eliminación de las políticas de subsidios o apoyo a la producción editorial. Tan preocupante como esta situación me parece el arraigo de ciertas concepciones que niegan lo cultural como trabajo remunerado, particularmente en Rosario, donde con frecuencia se da por descontado que el trabajo cultural no se paga.

4‑ Me pareció auspicioso el anuncio del plan de refacciones para la Biblioteca Argentina y sobre todo para la Hemeroteca, un espacio tan importante como desatendido y postergado. Pese a la voluntad que pone el personal, la Hemeroteca no puede funcionar en las condiciones que padece desde hace años, ni siquiera tiene una buena sala de lectura. Ojalá que se cumpla rápido. Siguiendo con los deseos para 2018, me gustaría que el archivo de Vladimir Mikielevich esté disponible para todos los investigadores, o que por lo menos se sepa por qué no podemos consultarlo, y que haya más estudios y ediciones de escritores de Rosario. Creo que a la literatura de Rosario le hace falta un trabajo como el que están haciendo desde hace tiempo Guillermo Fantoni y Adriana Armando en el campo del arte: una investigación profunda, la reconstrucción de tradiciones, la recuperación de obras que deben reintegrarse al presente porque no estamos comenzando de cero sino siguiendo una historia.

 

“A la literatura de Rosario le hace falta una investigación profunda, reconstruir tradiciones y recuperar obras.” Aguirre.

 

 

Liliana Ruiz

Editora. Dirige Baltasara Editora.

1‑ El acontecimiento cultural literario más importante en la ciudad fue el 25º Festival Internacional de Poesía Rosario. En el arte, la muestra Un Museo Moderno 1937 ‑1945 en ocasión del 80º Aniversario del Museo Castagnino. Para la región en literatura, Conexión Saer y en arte, Bienalsur.

3‑ Las editoriales independientes han sufrido un fuerte impacto por la disminución de la venta de libros. Hubo necesidad de ajustar los precios achicando ganancias. También la apertura de la importación de libros contribuyó a esa disminución.

4‑ Existe en la actualidad un apoyo estatal, tanto a nivel local, provincial y nacional en cuanto a contribuir a las industrias culturales a través de subsidios y becas. Lo que falta es una política concreta de difusión a nivel nacional e internacional de los productos culturales. Hay presencia en Ferias Nacionales e Internacionales pero esta presencia no va acompañada de un plan de comunicación que logre el posicionamiento en otros lugares de los productos locales. Creo que a futuro se debería trabajar más la política comunicacional.

 

Héctor Berenguer

Poeta. Coordina la Semana de las Letras y la Lectura (El Círculo).

1‑ Rosario crea acontecimientos culturales constantemente, es una ciudad creativa y autogestionaria así que esa aptitud no me permite definir un acontecimiento como superlativo. Sí creo sinceramente que en cada área la gente creativa desborda y genera cultura desde abajo hacia arriba a cada momento. Desde los chicos que hacen piruetas en las calles al pensamiento, cine, teatro, plástica y la poesía, nuestra ciudad es un exceso de creatividad. Es una ciudad de un nivel admirable.

3‑ La situación de crisis en los autores -me refiero a carencias y falta de recursos del Estado en general- obliga a redoblar esfuerzo. Pero ya somos un pueblo como hijo de la crisis que se adapta y la creatividad me parece irrefrenable y su rol social sin duda ayudará a despertar conciencia, a ver más claro, a ser menos egoístas.

4‑ Auguro proyectos solidarios y cooperativos.