Las críticas con las que Luis Contigiani prologó sus votos contrarios a las leyes de reformas previsional y tributaria y de presupuesto en el Congreso de la Nación aventó especulaciones respecto de su posición con la actitud negociadora que días antes había confirmado su mentor, el gobernador Miguel Lifschitz al firmarle a Mauricio Macri el llamado "consenso fiscal". Ayer el legislador ratificó su alineamiento al Frente Progresista y al mandato del Partido Socialista, de cuyo bloque él es el único diputado que queda, aunque tampoco esté afiliado. No obstante, la relación entre el gobernador y el diputado transita días de comunicación cero, según confían en el seno del Frente Progresista. Pero la soledad del arequitense en la Cámara Baja no es tal, porque ha sabido entenderse ya con pares del massismo y del peronismo, y porque se sabe respaldado por sectores gremiales que le reconocen su desempeño cuando fue ministro de Producción de la misma gestión Lifschitz. "Que me vaya al peronismo es una exageración ‑sonríe Contigiani‑, lo que sí subyace es la necesidad de construir de a poco una alternativa en Argentina con hombres y mujeres con vocación de justicia social, transversal a cualquier partido. Hay que polarizar para enfrentar a la derecha. El centrismo ya no existe", plantea en diálogo con Rosario/12.

Una jubilada lo reconoce en el bar y se acerca a la mesa para interrumpir el inicio de la entrevista y agradecerle su oposición a la reforma previsional. El hombre retribuye el saludo y vuelve a su café negro: "Me sentí con mucha paz interior porque respeté mis convicciones, coincidentes con la del Partido Socialista: oponerse a esa reforma cuya intención real es ajustar gasto público, servicios sociales, transferir ingresos del pueblo a los sectores concentrados de la economía", dice.

 

“Con Rodenas nos une la necesidad de una alternativa mayoritaria, comprometida con la justicia social".

 

Para el próximo capítulo, reforma laboral, Contigiani anticipa su voto en contra. "Esta agenda trasciende Argentina, es la nueva matriz del pensamiento neoliberal en la región, común a Macri, a Cartez en Paraguay, a Kuczynski en Perú, Temer en Brasil y ahora Piñera en Chile: reciclado tardío de la fracasada teoría del derrame, de que al capital hay que beneficiarlo y dejarlo libre, que así beneficiará a la sociedad. Habría que recordarles que la crisis de las hipotecas de 2008 en Estados Unidos vino después de las reformas republicanas en la era Bush. Y aquí se suma siempre la fuga permanente de capitales y la bicicleta financiera".

-- Lifschitz firmó el consenso fiscal y vos luego votaste en contra de leyes que Macri pidió en ese pacto ¿Cómo explicás esa diferencia?

-- El proyecto previsional del gobierno desdice al propio pacto fiscal que firmaron los gobernadores. Los gobernadores firmaron en general, y al conocer el proyecto en detalle podrían haber considerado que el pacto estaba caído por incumplimiento de Nación. La letra chica dice lo contrario a lo firmado. Debo decir que nunca me sentí presionado por el gobernador. Creo que se alineó al documento del PS a nivel nacional y que la letra chica dijo algo totalmente distinto a la letra general.

-- Luego Dujovne dijo que pagaría la deuda histórica a Santa Fe con bonos, algo inaceptable para vos, pero viable para Lifschitz.

-- Sigo creyendo que la propuesta de Santa Fe a Nación de cobrar 30% en efectivo y 70% en bonos es buena, por lo tanto sigue siendo inaceptable que Nación pretenda pagar 100% en bonos que no sabemos su contenido, mientras que a Buenos Aires le dará 65 mil millones de pesos entre 2018 y 2019. Bien por los bonaerenses, pero cuestiono la asimetría entre lo que le dan a CABA y a provincia de Buenos Aires y lo que dan a Santa Fe. No hay igualdad cuando los gobernadores están apremiados de recursos, es un diálogo dispar, por eso el presidente si realmente es hombre de diálogo debe hablar con los partidos de la democracia, como dice el artículo 38º de la Constitución.

-- Si fueras gobernador, ¿actuarías diferente?

-- Todavía me cuesta asumir el rol de diputado, no me imagino qué haría como gobernador. Tal vez hubiera tratado de no quedar solo y de subir a partidos políticos y organizaciones a un gran diálogo nacional para no quedar solo. Creo que los gobernadores quedaron muy solos en una negociación desigual.

-- Un rumor te acerca demasiado a sectores del PJ.

-- Es una interpretación honesta pero exagerada. Con Antonio Donello (UOM) nos une dos años de intenso trabajo enfrentando la crisis del mercado interno y su impacto en el trabajo industrial. Hay que entender esos dos años previos y por eso me apoyo hoy en ellos para abordar el tema laboral. Luego, en mi discurso (en la Cámara) no es que cité a Rodenas sino que en el tema tributario y cooperativo quedamos en que yo hablaba por los dos bloques. Hay temas en los que ella es muy brillante y yo me acompaño con ella, y hay otros temas que los puedo manejar mejor y en aras de objetivos comunes coordinamos esfuerzos. El parlamento se trata de eso. En el fondo también nos une algo: la necesidad de que entre todos podamos ir construyendo de a poco una alternativa mayoritaria en Argentina compuesta por hombres y mujeres de buena voluntad, honestos, comprometidos con la justicia social de cara al siglo XXI. Eso atraviesa transversalmente al PJ, al PS, a la UCR, las organizaciones sociales. En mi caso y en el de muchos hay una necesidad de encontrar algo diferente a lo que tuvimos hasta el presente. Hay que polarizar, sin dudas, para enfrentar el avance de la derecha. El centrismo ya no existe, no tiene chance.