La situación del hasta ahora vicepresidente de Ecuador, Jorge Glas, condenado a seis años de prisión por corrupción, quedó en medio de una polémica debido a que su ausencia temporal por detención, que ayer se convirtió en definitiva, daría lugar a que sea elegido un sucesor, aunque su abogado considera que no existen causales para esa instancia.

Si efectivamente se considera que Glas estuvo 90 días fuera del cargo, el gobierno debe enviar una lista con nombres de posibles sucesores a la Asamblea Nacional (AN) para que ésta escoja a su reemplazante.

La clave de la cuestión parece centrada en los conceptos de “abandono del cargo” y de “fuerza mayor” que, para el abogado de Glas, Eduardo Franco Loor, no se aplican en su caso. El Parlamento tiene el deber de “elegir a la vicepresidenta o vicepresidente, en caso de su falta definitiva, de una terna propuesta por la presidenta o presidente de la República”, dice la Constitución ecuatoriana en su artículo 120.

Los nombres de la terna de reemplazantes que enviará el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, se desconocen, pero serán perfiles de personas “que le den coherencia y continuidad al programa de gobierno por el que votaron los ecuatorianos”, declaró el secretario de Gestión Política, Miguel Carvajal. Este mecanismo constitucional dejaría sin efecto el juicio político que se encuentra en pleno trámite en la Comisión de Fiscalización de la Asamblea y que busca destituir y censurar a Glas por el delito de cohecho, una de las causales para enjuiciar al vicemandatario.