Los camaristas Leopoldo Bruglia y Eduardo Farah no consiguieron acordar una respuesta al pedido de libertad que presentó el ex vicepresidente Amado Boudou, lo cual obligó a convocar a un tercer juez para dirimir la cuestión. Del sorteo de rigor surgió el juez de la Cámara del Crimen Rodolfo Pociello Argerich. Boudou reclamó la morigeración de su detención con una tobillera electrónica que controle sus movimientos fuera de la cárcel o bien su prisión domiciliaria.