Thomaz Crocco, surfer, profesor de yoga, dueño de una posada destinada a workshops en Garopaba, Brasil y reciente autor de una colección de prendas y objetos inspirados en todas sus pasiones con el asesoramiento de su madre, la reconocida diseñadora gaucha Heloísa Crocco, famosa mundialmente por su trabajo en madera del que hemos dado cuenta numerosas veces en estas páginas. 

Así, la Colección Jamur, nace del trabajo colaborativo con ella y con diferentes productores de su comunidad que trabajan artesanalmente y respetando la naturaleza.

“Los grafismos están inspirados en la estética vasco-holandesa propia de la región sudoeste de Francia, los sombreros que se usan y hacen en Garopaba por la artesana doña Elzira con la fibra de Butia, una palmera típica del Sur de Brasil y las remeras son piezas únicas hechas con algodón orgánico y pintadas con la técnica japonesa deltye die o shibori por Nina Thomas. Además de piezas pintadas a mano por el artista Fran Prestes y camisetas serigrafiadaspor Fernando Sefrin. Todos productos seleccionadas o producidos por la funcionalidad en la vida del campo y del mar, totalmente conectada con los ciclos de la naturaleza, que es como vivimos acá”, adelanta Thomaz. 

–¿Surfer, profesor de yoga, dueño de una posada…?

–Sí,mi casa no es una posada tradicional. Esta abierta al hospedaje cuando organizo retiros o workshops que unen todas mis pasiones. Se llamaJamur surf & yoga. La idea es hacer actividades que conecten con la salud, la naturaleza y la espiritualidad. No tengo servicio de cuarto. Todo es colaborativo para un mayor intercambio de conocimientos. Los retiros son siempre en base al surf, yoga, alimentación saludable (puede ser vegana, ayurveda) y sumamos diseño y producción audiovisual. La casa es colonial de más de 115 años y fuereciclada como la original sumándole algunos conocimientos de permacultura como baños secos y el aprovechamiento del agua y huerto y árboles autóctonos sobre el lado sur de la playa de Silveira, que vive a un ritmo sumamente tranquilo.

–El último año estuviste viajando por Latinoamérica con el surf...

–Sí, es un lindo proyecto llamado Rekombinando, en el que colaboro haciendo los vídeos y fotos. Un viaje donde dos chicas, Clarissa y Antonia, van haciendo talleres, de surf, arte y ecología con niños por donde pasamos y vamos vivenciando y aprendiendo de la belleza de las distintas culturas y paisajes. Un gran sueño hecho realidad. La última parte la haremos a partir de marzo.

–¿Por qué el surf se relaciona tanto con el diseño? 

–El surf es una forma de vida. Todo esta unido. Es una gran bendición surfear, estar en contacto con el mar, la naturaleza. Y por todo eso, una experiencia que incentiva mucho la inspiración y la creatividad. Además de ciertos valores muy positivos para plasmar en el diseño. Muchas marcas recurren justamente a surfers para que diseñen sus colecciones y plasmen toda una forma de vida más saludable y de respeto con el entorno que es crucial incentivar. 

–¿En qué participó tu mamá? 

–Mi madre es una fuente de inspiración y ayuda siempre. Ella con todo su trabajo en el Amazonas y en todo Brasil, siendo pionera en el rescate y valoración de lo propio es un orgullo siempre. Es justamente ella la que me enseñó esta mirada y respeto por la naturaleza. En la práctica fue quien me ayudo en la elección de la paleta de colores, haciendo los detalles más contemporáneos de los sombreros y las etiquetas.