Para los funcionarios, el sentido del deber y la virtud cívica implica un complicado cálculo entre el bien que uno puede hacer en la Casa Blanca y el mal que estar ahí puede causarte. En abril de 2017, un mail originalmente enviado a una docena de destinatarios se difundió muchísimo a medida que era reenviado y reenviado. El texto supuestamente era del abogado de la presidencia Gary Cohn y resumía sucintamente el pesimismo de buena parte del personal de la Casa Blanca:

“Es peor de lo que se imaginan. Un idiota rodeado de payasos. Trump no lee nada, ni memos de una hoja, ni papers sobre medidas, nada. Aguanta unos minutos en reuniones con líderes mundiales porque se aburre. Su equipo no es mejor. Kushner es un bebé malcriado y no sabe nada de nada. Bannon es un idiota arrogante que cree que es más inteligente de lo que es. Trump es menos una persona que una colección de vicios. Nadie va a sobrevivir el primer año de su gobierno, excepto su familia. Odio este trabajo, pero siento que tengo que quedarme porque soy el único por acá que tiene idea de qué hace él. Estoy en un constante estado de shock y de horror.”