"Ante una violación inevitable, relajate y goza", dijo Cacho Castaña. La televisión lo emite y parece que todo está permitido, que los denominados "chistes" justifican cualquier barbaridad. Ahora bien, el cantante tiene fecha confirmada para el mes de abril en City Center. Y más vale que se ande con cuidado, porque es esta ciudad la misma de la que tuvo que retractar su visita Baby Etchecopar, el año pasado, a raíz de declaraciones de afecto con la violencia machista.

"Vamos a discutir cuáles medidas tomar para que nuestro reclamo sea visibilizado y escuchado como movimiento de mujeres. Muchas veces, se disfraza con la libertad de expresión a opiniones que son, justamente, violatorias de los derechos humanos de las mujeres, y que en realidad coartan nuestras libertades fundamentales", le explica a Rosario/12 Gabriela Santinelli, abogada integrante del programa de Género y Sexualidad de la Facultad de Derecho de la UNR. "Nosotras venimos trabajando con el tema de los derechos humanos y la perspectiva de género a nivel institucional. Cuando estudiamos las convenciones internacionales y la legislación nacional, una de las violencias más silenciadas y naturalizadas es la violencia simbólica, desde una modalidad que es sobre todo mediática. Enmarcamos los dichos de Cacho Castaña en este tipo de violencia. ¿Por qué creemos que es tan terrible y nociva? Porque son esos estereotipos de género, que él utiliza, los que sustentan, sostienen y apuntalan el resto de las violencias que vemos, más terribles, como los femicidios y los abusos sexuales", agrega.

Cacho Castaña se escudó en el "chiste" para justificarse.

Por su parte, Lali Tubino, activista feminista e integrante de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito, sostiene que "Castaña representa a un sector anquilosado, que continúa intentando conservar sus privilegios de género. Pero además de lo que representa, me interesa pensar en su función social como 'ídolo popular', en lo que habilita y perpetúa. Las y los 'ídolos' populares funcionan como legitimadores de conceptos, discursos y comportamientos, por eso es más peligroso que sean personas respetadas, famosas o con llegada a mucha gente, quienes produzcan y reproduzcan discursos discriminatorios y de odio, reforzando y profundizando la estigmatización de grupos oprimidos, las desigualdades en las relaciones de poder y los estereotipos de género, orientación sexual, clase, raza. Hay una estructura androcéntrica y machista, propia del sistema cis‑hetero‑patriarcal‑capitalista, que nos atraviesa a todas las personas en diferentes formas e intensidades. En este sentido, la música popular no es una excepción; lo vemos en todos los campos sociales, incluido el cultural. Castaña es una suerte de resaca de una sociedad vieja, obsoleta; es parte de un sector conservador que se resiste a cambiar e intenta desesperadamente aferrarse a sus privilegios".

"El feminismo no es moda; los lentes violetas son como la pastilla roja de Matrix: no hay vuelta atrás".

Es un momento social y femenino destacable: la boca irresponsable del músico da cuenta de la capacidad de respuesta del movimiento de mujeres. Al respecto, Santinelli comenta que "estamos empezando a hacer un quiebre en cuanto a romper un pacto de silencio, también inconsciente, que teníamos, debido a la posición en la que se nos pone, de sumisión en base a las violencias y la desvalorización de nuestra palabra. Hay que romper con eso, para decir 'bueno, hasta acá llegamos, nosotras estamos organizadas, nosotras nos sabemos violentadas; por lo tanto decimos basta, y vamos a utilizar los mismos medios por los cuales a nosotras se nos violenta para hacer nuestros legítimos reclamos'".

-‑Existe cierta manera habitual de justificar todo como un "chiste".

‑-Tubino: Chistes que siguen funcionando, y no solo en el sentido de que se festejan o que "venden": son funcionales al patriarcado porque transmiten un mensaje disciplinador para las mujeres y las identidades de género no hegemónicas. A través de los modos de representar la realidad, en este caso, el humor y las letras de canciones, el patriarcado nos advierte: "Tus padecimientos, miedos y denuncias son un chiste", "No tenés capacidad de acción ni soberanía sobre tu cuerpo o tu vida". Si bien considero que todos los temas y grupos humanos pueden utilizarse como material humorístico o cómico, existe una enorme diferencia entre el humor que cuestiona y desnaturaliza las relaciones de poder, las violencias y las opresiones y aquel que las glorifica y perpetúa, como en el caso del chiste de Castaña. Creo que en Argentina, el tiempo en que los miembros de grupos opresores usaban como remate de chistes a grupos vulnerables, disidentes u oprimidos sin recibir críticas ni sufrir consecuencias ha terminado.

"Una de las violencias más silenciadas y naturalizadas es la violencia simbólica, sobre todo la mediática".

-‑Santinelli: Existe esta contraposición de que cuando ellos hacen un chiste a nosotras nos falta humor, siempre tomando todo como binomio, negativo‑positivo. Las características negativas nos las siguen asignando a nosotras. Cuando hacemos alguna denuncia, el valor de la palabra pasa por este lado. Culturalmente, socialmente, históricamente, se ha asignado la característica de la racionalidad a los varones, y a las mujeres la sensibilidad u otras, lo que habla de que nuestra palabra no tiene el mismo valor o que es inferior, y siempre estamos al borde de que nuestras declaraciones sean consideradas inverosímiles o fabuladoras. Esto tiene que ver con esta construcción que se sostiene, por ejemplo, desde los medios de comunicación, que podemos ver todos los días sin llegar a esta situación terriblemente extrema, que habla de una cuestión del acceso de los cuerpos de las mujeres de una forma violenta. Cuando algo pone en jaque ciertas bases institucionales o culturales, siempre se la pone en duda.

-‑Tubino: El objetivo principal es desnaturalizar y visibilizar la violencia que contiene este tipo de mensajes y las consecuencias brutales para la sociedad, principalmente para sus integrantes más vulnerables. No acuerdo con eliminar las obras de creación, más allá del contenido y de quien las produce. Sí creo que parte de la visibilización y concientización requiere medidas como el repudio, el escrache y el boicot, sobre todo en casos como los de Castaña o Cordera que, además de haber escrito letras machistas, reprodujeron, hoy día, conceptos misóginos y degradantes que no solo el movimiento de mujeres sino también gran parte de la sociedad ya no toleran más. El objetivo no es "destruir la carrera" de una persona, sino hacer visible y comprensible el reclamo. El feminismo no es una moda ni es pasajero; los lentes violetas son similares a la pastilla roja que le ofrece Morfeo a Neo en la película Matrix: una vez que la tomás, no hay vuelta atrás, te muestra "cuán profundo es el pozo del conejo" ‑o, en este caso, la naturaleza del patriarcado‑, y ya no podés regresar a la comodidad o al malestar indefinido de la ignorancia. ¡Vamos por la pastilla roja para todas y todos!