El presidente de la AMIA, Agustín Zbar, reivindicó la figura de los ex fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia, ambos acusados en el juicio por encubrir y trabar la investigación del atentado a esa mutual judía ocurrido en 1994. A los dos se los señala por haber pagado coimas, amenazado y construido pruebas falsas sobre ese hecho, y hay un pedido de 8 años de prisión. Sin embargo, para Zbar son personas que “se jugaron todo por esta causa”, inclusive “arriesgando sus carreras y su libertad personal”.

El elogio a los fiscales acusados por encubrir el atentado fue publicado ayer en la agencia oficial Télam, en una nota de opinión que refiere al tercer aniversario de la muerte del ex titular de la UFI-AMIA, Alberto Nisman.

El párrafo escrito por Zbar es el siguiente: “En la masacre de la AMIA sabemos la verdad; está en la investigación de los fiscales que, honrando su trabajo, se jugaron todo por esta causa, contra muchas adversidades, con errores y aciertos, arriesgando sus carreras y su libertad personal (Mullen, Barbaccia) y hasta entregando la vida: Alberto Nisman. Hasta allí llegamos; no es poco pero es insuficiente”.

Mullen y Barbaccia fueron los fiscales de instrucción de la primera etapa de investigación por el atentado, bajo la órbita del entonces juez federal Juan José Galeano. En 2006, el juez Ariel Lijo hizo pesar sobre ellos los cargos de peculado, coacción, falsedad ideológica y privación ilegítima de la libertad por haber construido pruebas falsas a fuerza de coimas y amenazas para inculpar a cuatro ex policías bonaerenses que luego fueron declarados inocentes.

La acusación indica que que Barbaccia estaba al tanto del pago que, supuestamente por orden del juez Galeano, se le hizo al desarmador de autos Carlos Telleldín a cambio de declarar en contra de los policías bonaerenses acusados en el juicio. Según la causa, Barbaccia estaba en el juzgado en el momento en que se hizo el pago. La SIDE le proveyó a la esposa de Telleldín un celular desde el cual llamó al juzgado para confirmar que recibió el dinero. De inmediato Telleldín empezó a declarar y fue Barbaccia quien estuvo presente en esa declaración.

Mullen sostuvo que ni él ni su colega Barbaccia tuvieron nada que ver con el pago a Telleldín y hasta calificaron de “siniestra” la sentencia del Tribunal Oral 3 que absolvió a los policías y al propio Telleldín. “No tuvimos responsabilidad alguna en la decisión y concreción de la entrega dineraria a Telleldín

En 2007, la República de Irán pidió la captura de ambos ex fiscales y de otros acusados. Los acusó de armar pistas falsas en contra de los funcionarios de su gobierno investigados como los autores del atentado. Junto a Galeano, Mullen y Barbaccia, Lijo procesó también a las autoridades menemistas de la ex SIDE Hugo Anzorreguy y Patricio Finnen, el vendedor de la camioneta Trafic que supuestamente cargaba con los explosivos terroristas, Carlos Telleldín, y su esposa, Ana María Boragni; el abogado de Telleldín, Víctor Stinfale, y el ex titular de la DAIA Rubén Beraja.

Mullen y Barbaccia habían renunciado a sus cargos en 2004, durante el gobierno de Néstor Kirchner. El motivo que Barbaccia esgrimió en su carta de dimisión enviada al entonces procurador Esteban Righi fue “cansancio moral”. En la suya, Mullen dijo que su decisión “obedece a un estricto pedido de mi familia, que acompaña con fuerte convicción el anhelo a cambiar nuestra forma de vida”. En diciembre del año pasado, durante el juicio por el encubrimiento del atentado, el representante del Ministerio Público pidió ocho años de prisión para los dos ex fiscales elogiados en la columna escrita por Zbar.

En ese texto, Zbar también reivindicó la figura de Nisman e inclusive sostuvo que su muerte “podría ser un delito de lesa humanidad”. Pero lo cierto es que su relación con el fiscal fallecido no era del todo buena. En 2009, Nisman había denunciado que Zbar, por entonces candidato a presidir la DAIA, lo amenazó con “tirarle toda la dirigencia encima” si en su investigación seguía apuntando contra Galeano, Mullen y Barbaccia por el encubrimiento. Desde ya que Zbar negó ese hecho.