El Ministerio de Salud de la Nación recomendó ayer a través de un comunicado vacunarse contra la fiebre amarilla a quienes viajen a los estados brasileños de Río de Janeiro, San Pablo, Espíritu Santo y Bahía, pero aclaró que no era necesario hacerlo para las personas que viajen a las regiones costeras del sur de Brasil, en los estados de Paraná, Santa Catarina y Rio Grande do Sul. La Sociedad Argentina de Infectología (SADI) coincidió con lo expedido por la cartera y especificó que “el litoral de Santa Catarina, con Florianópolis como epicentro del mismo, al igual que el litoral de Recife hasta Fortaleza, no son áreas de riesgo en la actualidad”. Ambas instituciones, y otros especialistas, recomiendan hacer una consulta médica antes de vacunarse por los efectos adversos que puede causar la vacuna y advierten que la protección comienza diez días después de la aplicación. 

El responsable de Inmunización del Ministerio de Salud y médico infectólogo de la SADI, Cristian Bizcayart, indicó ayer que la vacuna no es obligatoria, pero es “una recomendación de salud pública, que informa al viajero sobre un brote que surgió en una parte de Brasil y que no afecta al sur del país”. El infectólogo indicó que “hay que bajar la ansiedad de vacunarse en forma masiva o por las dudas, es muy importante saber que tiene efectos adversos y que cada persona necesita una consulta médica para definir si debe dársela”. Según Bizcayart, en la sede de Sanidad de Fronteras de La Boca –ubicada en la calle 20 de Septiembre 12, debajo de la autopista– “estamos atendiendo un promedio de 700 y mil personas por día y hay vacunas. Estamos agregando otros centros de vacunación en la Ciudad y vamos a extender el horario de atención”. 

El comunicado del Ministerio dice que la vacuna se aplica en forma gratuita en la Ciudad de Buenos Aires de lunes a viernes de 8 a 16 en las dos dependencias de Sanidad de Fronteras, ubicadas en Pedro de Mendoza y Blanes, y en 20 de Septiembre, en el barrio de La Boca. Según lo publicado, a partir del lunes se sumarán “dos unidades móviles de vacunación” y “agentes sanitarios para brindar información”. Otros puntos en los cuales se puede solicitar la vacuna son el Hospital Muñiz, en Uspallata 2272, los martes y viernes entre las 10 y las 12; el Hospital General de Agudos Teodoro Álvarez, en Aranguren 2701, los lunes y jueves de 9 a 12; el Hospital Pirovano, en Monroe 3555, los martes y jueves de 9 a 14; el Hospital Vélez Sarsfield, en Calderón de la Barca 1550, los martes y viernes de 8.30 a 11.30; y en el Centro de Salud 33, en avenida Córdoba 5741, los miércoles y jueves de 10 a 13.

El Ministerio advierte, además, que la vacuna está contraindicada para “menores de seis meses; embarazadas; personas con antecedentes de alergia a cualquiera de los componentes de la vacuna como huevo, proteínas de pollo o gelatina; para quienes tengan alteraciones del sistema inmune, incluyendo la infección por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH); personas con enfermedad del timo, miastenia gravis, síndrome de Digeorge, tumores malignos, trasplantes de órganos y patologías que requieran tratamientos con inmunosupresores y/o inmunomoduladores”.

“La fiebre amarilla es una enfermedad grave, con un índice de mortalidad de entre el 20 y el 30 por ciento de acuerdo a las características del paciente. Esta enfermedad no tiene tratamiento médico sino tratamiento de sostén”, explicó el médico infectólogo y jefe de departamento de medicina del Hospital Ricardo Gutiérrez, Eduardo López. El especialista señaló que el brote comenzó en 2016 en el estado de Minas Gerais y “se ha ido diseminando en muchos estados donde la gente va a veranear; por eso que se recomienda la vacunación”. 

López apuntó que “las personas que viajen a las playas de Río de Janeiro, de San Pablo o Espirito Santo tienen que vacunarse”, debido a que los brotes de la enfermedad llegaron a esa zona, al igual que a “algunos municipios del estado de Bahía”. El infectólogo coincidió con la SADI y con el Ministerio de Salud en que los turistas que viajen a la costa sureña de Brasil, a lugares “como Camboriú, Canasvieiras, Río Grande do Sul, Florianopolis o Bombinhas”, no tienen riesgo “mientras se mantengan en la zona de la playa y no vayan a zonas forestales o selváticas”. “Tampoco corren riesgo quienes elijan vacacionar en Recife, Olinda o Alagoas, playas del noreste de Brasil”, agregó. El especialista recordó que la vacuna debe darse “como mínimo diez días antes de viajar”, ya que es el tiempo que tarda en hacer efecto, y que “la aplicación de la misma es de por vida, sin necesidad de refuerzos”.  

Por su parte, la presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero, Susana Lloveras, señaló que “cada persona que va a viajar debería hacer una consulta con un especialista”, para evaluar el “riesgo-beneficio de la aplicación de la vacuna”. La especialista subrayó que para los mayores de 60 años “no se recomienda, pero por precaución, debe ser evaluado por el médico de cabecera que considerará el riesgo-beneficio de la aplicación”. Además de la vacuna, Lloveras destacó que como precauciones para no contraer la enfermedad se recomienda “el uso de repelentes, agua segura, medicamentos y actualizar los calendarios de vacunación”.